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Dejar de fumar no es fácil. Pero se debe intentar para mejorar nuestra salud

Dejar de fumar depende de nosotros mismos, es complicado pero se debe intentar y perseverar en el intento pues además de ser un gran beneficio para nuestra salud lo es para nuestra economía. Os dejo algunos datos sobre las personas que en España lo están intentando en este comienzo de 2011. No estáis solos.

Más de tres millones de fumadores españoles intentarán dejar el hábito durante los cuatro primeros meses del nuevo año 2011, según la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC).
"Calculamos que de los diez millones de españoles que fuman, uno de cada tres se planteará dejarlo en 2011. Incluso esperamos que esta cifra sea aún mayor, teniendo en cuenta la entrada en vigor de la nueva ley y la reciente subida del precio del tabaco", explica el doctor Francisco Camarelles, del Grupo de Abordaje al Tabaquismo (GAT) de la semFYC.
Entre los que lo intentan, un 25% sólo aguanta un día sin fumar; el 40% entre dos y siete días y sólo un 12% supera los tres meses. Al menos, "el 60% de los intentos de abandono se producen en los primeros meses del año, coincidiendo con la época de los buenos propósitos para comenzar el nuevo curso", afirma. El tratamiento farmacológico triplica las posibilidades de éxito, ya que alivian el síndrome de abstinencia a la nicotina, que "es la primera causa por la que los fumadores vuelven a fumar". Por este motivo, el experto recomienda a la población informarse sobre las ayudas que existen para dejar este hábito, y, en este sentido, recuerda que los médicos de familia pueden ayudarles.
No obstante, advierte de que la mayoría de los fumadores lo intentan en repetidas ocasiones hasta que finalmente lo consiguen y señala que "cada intento es un paso más hacia el éxito", ya que "son muchos los que quieren dejarlo, pero no saben cómo hacerlo y tampoco tienen confianza en conseguirlo". Finalmente, subraya que no todos los tratamientos para dejar de fumar son eficaces, es el caso de la acupuntura, la hipnoterapia, la acupresión, el tratamiento con láser, la electroestimulación y otras terapias similares que no tienen estudios concluyentes que aseguren su utilidad.