Páginas

Otra izquierda es posible, aunque parezca imposible

No es nada fácil decir que eres de izquierda para a continuación asegurar que defiendes la libre empresa, el beneficio o la posibilidad de tener unos ingresos superiores a la media. Parece contrario ser de izquierdas con creer en el sistema que tenemos y exigir controles para que no se desvirtúe hacia situaciones antisociales. El gran drama de la izquierda actual es que sin dejar de ser mentalmente
lectora de pensadores de izquierdas del siglo XIX y XX no son capaces de asumir que el sistema actual es el único y que: o lo controlamos desde dentro, conociéndolo y controlándolo para que no se vaya de madre, o es imposible otro tipo de acción política. No hablo ni de la nueva izquierda ni la izquierda ya asentada, ni de la tercera vía, simplemente planteo la izquierda posible. Esto resulta tremendo para la inmensa mayoría de personas que sí se sienten de izquierdas pues todavía creen en la —con perdón— utopía de que otro mundo es posible sin tener en cuenta el que ya tenemos y que es el que nos rige. O trabajamos desde dentro o no nos dejarán hacerlo desde fuera.
La sociedad occidental actual está en un momento muy complicado; hemos dado un salto histórico, del que hoy es complicado ver su alcance pero que con los años sabremos en donde hemos estado y hasta donde hemos sido capaces de llegar, y hay que replantearse cosas. Constantemente, pero ahora con más urgencia. Y la izquierda no parece tener las ideas claras, ofrecer alternativas nuevas, saber cómo se es capaz de salir bien de estos problemas. La derecha tampoco, pero esta, con dejar hacer a los mercados, ya sale victoriosa. O no.
En asuntos cruciales no hay tampoco desde la izquierda española soluciones novedosas. Ni en educación, ni en justicia, ni en economía productiva, ni en capacidad para salir de la crisis, sobre cómo conseguir una industria que reemplace al ladrillo, sobre derechos laborales, sobre empleo juvenil, sobre investigación, sobre el colapso sanitario por su coste, o en qué hacer con nuestros mayores. Nada hemos avanzado en los últimos 10/20 años. Periodo crucial y del que es responsable tanto el PP como el PSOE. No existen líderes nacionales que sean capaces de presentarse ante la sociedad con claridad y respeto para recibir a cambio el derecho a dirigir una nación. Y si no los tenemos, es imposible conseguir avanzar con éxito. Tenemos lo que somos, recibiremos lo que somos capaces de edificar. Es decir, poco en los próximos años. Habrá que esperar otra década en blanco para ver si tenemos suerte y aparece alguien con ideas nuevas y con capacidad.
No quiero faltar al respeto a la izquierda ni menos todavía quedar como un conservador que intenta engañar diciendo que está donde no está. Puedo serlo, pero sin intentarlo, sin saberlo. Tal vez sea este mi gran problema. Igual soy un puñetero neoconservador y no lo sé.