Páginas

Los divorcios en España. Datos tras 30 años de la Ley de Divorcio

Se cumplen 30 años de la Ley del Divorcio. Esta norma, que se había mantenido sin tocar desde su aprobación, Zapatero en 2005 impulsó su renovación, con una reforma de esta ley que eliminaba la necesidad de la separación como paso previo al divorcio, así como la obligación de alegar causas legales. «En lo que más se ha notado esta ley ha sido en la reducción de las separaciones y en el aumento de los divorcios, que suponen más del 90% de los casos.
Desde la aprobación de la Ley del Divorcio en 1981, el número de personas que han decidido poner fin a su matrimonio ha experimentado un «aumento exponencial», este incremento ha sido notable a partir de 2005. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2009 se produjeron en España 98.359 divorcios, mientras que el total de uniones, tanto civiles como religiosas o por otros ritos, fue de 175.952.
Según el presidente del Instituto de Política Familiar de España (IPF), Eduardo Hertfelder, «España es el país de la Unión Europea donde más ha crecido el número de divorcios en los últimos diez años», «junto con Bélgica y Hungría, España es el país comunitario con la mayor tasa de rupturas por matrimonio ya que, por cada tres nuevas uniones, se rompen casi dos».
Por comunidades, las que más divorcios registraron en 2009, según datos del INE, fueron Cataluña (18.143), Andalucía (17.494) y la Comunidad de Madrid (13.434). Por su parte, La Rioja (578), Navarra (1.074) y Cantabria (1.252) fueron las autonomías con menor número de divorcios. Aragón, con 2.318 rupturas, se encuentra entre las regiones con la tasa más baja.
Según Francisco Javier Rodríguez Melón, sociólogo y ex decano de la Asociación de Sociólogos de Zaragoza, este aumento se debe a « la secularización de las relaciones matrimoniales», lo que provoca que muchas parejas recurran al divorcio como solución a sus problemas. Rodríguez Melón también destaca la «falta de madurez» en las relaciones actuales. «Se acortan los periodos de convivencia antes del matrimonio y hay una escasa capacidad de aguante. Lo que antes se resolvía con el diálogo, ahora ya no», indica el experto.
Poner fin a una relación matrimonial requiere de un importante esfuerzo económico. «En el caso de un divorcio contencioso, en el que pueden existir diversos procesos judiciales, el coste de la ruptura suele ser más caro que si se trata de uno directo, cuyo coste ronda los 2.000 euros», explica Manuel Ferrer Andrés. La crisis económica también se refleja en el número de personas que deciden poner fin a sus matrimonios. Según Hertfelder, la coyuntura económica actual ha hecho que muchas parejas «pospongan el divorcio». Cambios en la familia
«Se está perdiendo el concepto de familia como padre, madre e hijos. Nos movemos hacia un modelo donde prima la independencia del individuo y existen diversos modelos de hogares», apunta Carlos Herráiz, presidente de la Asociación de Padres Separados de Madrid. Unido al concepto de las rupturas matrimoniales, los expertos destacan el aumento de las segundas nupcias de los divorciados. «No solo hay fracaso, sino que después hay una recomposición familiar», explica Rodríguez Melón, en muchos casos las separaciones originan «nuevos matrimonios, parejas de hecho o relaciones consentidas».