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Hombres y mujeres desnudas, llenas de sangre


Sangre verdadera. 
Están calientes, son atractivos, están vivos. 

Pero las imágenes son también para provocar, y si sumamos a dos desnudos masculinos llenos de sangre el de una fémina que se deja acariciar también rociada de sangre, surge la provocación, aun sin saber bien hacia qué, desde donde, por qué.