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Conozcamos mejor el déficil público y publicado de España

En este blog nos gusta mucho jugar con los números, sacarles sustancia. A menudo simplificar mucho los análisis no suele ser buena idea, pero vamos a intentarlo. Deseo hablar del déficit público como tal, sobre todo porque la demanda de información a este respecto es bastante alta.

Llevamos ya dos trimestres, es decir medio año cubierto con datos oficiales, y podemos hacernos ya una ligera idea de primero cómo va, y segundo cómo puede acabar.

La preocupación principal es cuánto va a bajar el déficit este año, aunque a este respecto debería decir que los indicadores más simples dicen que nada. El déficit no va a bajar, va a aumentar.

Lo primero que podemos establecer es la relación que ha habido entre el déficit registrado en el primer semestre y el total durante los años previos. Esto nos podría dar un primer indicador de por donde van a ir los tiros.

 Cogiendo los datos desde 2006:
El año más atípico fue 2008 (que es justo el inicio de la crisis). En general, el déficit total ha sido entre un 85% (los años pre crisis) y un 130% (Los años post 2008) y mayor al déficit del primer semestre. Con estos datos, el déficit que obtendríamos en 2012 (de forma puramente estadística), sería 103.484 millones de euros.

Para ponerlo un poco en perspectiva con el resto de años:
La linea azul es el déficit registrado. La linea roja la previsión que sale estadísticamente a la luz de los datos del semestre de 2012. Y es que, aunque parezca increíble, el déficit público del primer semestre ha sido muy superior al del año pasado. Uno pensaría que cuando Rajoy hace del déficit (su enemigo número uno), al menos, se debería hacer mención a que no lo está consiguiendo ni por asomo.
El déficit del primer semestre de 2011 fue de 43.121 millones. El de 2012 de 45.250 millones. Casi un 5% más.

Pero eso no es todo, la verdad. Ya sabemos que las estadísticas se suelen mejorar, completar, cambiar. Por ejemplo, hace tres meses el déficit de 2011 iba a ser de casi 92.000 millones, y ha acabado siendo de 100.000. Ocho mil millones más de gastos que no habían quedado registrados (recordad los anuncios de algunas comunidades autónomas con facturas aun sin declarar, y aun queda saber como van a computar algunas partidas que están en suspensión…).

El caso es que del déficit que se estima en un momento, al déficit que se acaba teniendo, siempre hay un ligero aumento. Esto implicaría, de cumplirse este año, que el déficit del primer semestre es mayor de los 45.000 millones y que, por tanto, el déficit total sería aun mayor a los 103.000 millones que nos han salido. ¿Cuánto saldría teniendo en cuenta esto?  Nos iríamos a una cifra como 118.637 millones, que es incluso superior a la de 2009 (donde alcanzamos el record).

Recordad, esto es puro juego de números. Ni siquiera yo lo tomo con una “predicción”, pero si que nos indica que, a la luz de los datos del semestre y en base al comportamiento del déficit de los anteriores años, el déficit de 2012 se nos va a ir de las manos.

¿Y esto por qué? ¿Es que no estamos siendo austeros?

De igual forma que subir impuestos no te garantiza que los ingresos fiscales suban, bajar los gastos estructurales no te garantiza que bajen los gastos públicos, de forma que disminuir el déficit estructural no te garantiza que baje el déficit total, por la evolución del déficit cíclico.

Lo que en teoría está claro, en la practica es más difícil de ver. ¿Qué parte del déficit es estructural y cual cíclico? Hay estadísticas oficiales en algunos organismos (las del FMI creo que son las más básicas). Pero siempre hay quejas y críticas sobre como debería descomponerse el déficit total entre ambas variables.

Yo me he limitado a seguir enseñando números. He establecido la relación de cambio del déficit por el ciclo económico (en base a los cambios del nivel productivo, nominal, puesto que el déficit está en términos nominales) y luego he descompuesto el déficit total entre aquel que varía con el ciclo, y el restante, dejandolo como estructural. Todo ello en medias móviles para quitar el ciclo estacional y dejar solo el económico. Supongo que me he dejad por el camino varias leyes lógicas econométricas, pero sirve para establecer mi argumento.

Esto es lo que obtengo:
 Sabemos que la evolución del déficit, sobre todo los ingresos fiscales, y más en nuestro país, son muy sensibles al ciclo. Y los intentos por bajar el déficit por la vía discrecional (la única que se puede manipular directamente) en los últimos meses se han quedado en nada cuando el mal estado de la economía ha ampliado el déficit cíclico.

Por que de vez en cuando uno oye que el problema es que no estamos siendo verdaderamente austeros, como si los impuestos no estuvieran subiendo y varias partidas de gasto no estuvieran siendo recortadas (solo hay que ver el descenso en el gasto de ministerios que publica mensualmente el ministerio de hacienda…). No podemos decir que no somos austeros por el hecho de que no baje el déficit total, al igual que no podemos decir que no hemos subido impuestos solo porque sigan cayendo los ingresos. Es, simplemente, erróneo, desde un punto de vista teórico y práctico.

La única forma de bajar el déficit de verdad, es cambiando el impacto del ciclo en él. Y para ello hay que tomar medidas mucho más dolorosas sobre el pago de subvenciones, parados, sistema de pensiones… Desde luego, yo no abogo por ello, pero mucho me temo que, a la luz de estos datos, es lo único que le queda a nuestro querido Rajoy por tocar de verdad.


PD: Todo parecido con la realidad puede ser mera coincidencia. Los impactos de medidas estructurales, necesarias (aunque no muy bien acometidas), y el exterior pueden afectar al déficit en lo que queda de semestre de una forma novedosa (en breve pasaremos a tener un sector exterior superavitário). Estos datos son un reflejo de lo que puede pasar “si seguimos por el mismo camino”. Nadie dice nada de lo que pasaría si cambiamos de ruta.

PD2: Efectivamente, si el déficit aumenta, y el PIB baja (en torno al 1,6% según se estima), el déficit público como se suele ofrecer, en porcentaje, se nos iría aun más de las manos.
Miguel Puente Ajovín