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La importancia de la morosidad como dato económico

Uno de los temas en el que tenemos que tener puesto el ojo es en la morosidad. La morosidad es un indicador que nos informa de la duda que surge sobre el cobro de ciertos créditos.
Por ejemplo, supongamos que he dado un préstamo a dos amigos, 50 euros a cada uno. En el momento de pedir que me los devuelvan, uno de ellos me los da sin ningún problema, y yo anoto que el crédito que le había cedido ha sido ya devuelto. Supongamos que el otro amigo me dice que me lo dará en una semana. No tengo porque dudar de la capacidad de mi amigo, así que lo dejo correr. Pero si a la siguiente semana me sigue diciendo lo mismo, y me encuentro con que ha perdido el trabajo y no sabe con sinceridad si podrá devolverme el crédito en algún momento, yo lo anoto como crédito dudoso, o moroso. Se establece de forma oficial como moroso cuando se rechaza por tercera vez el pago de la deuda que había contraído.

¿Por qué es importante?

Obviando lo obvio, la morosidad muestra que, al final, la mejor forma que tiene alguien de pagar una deuda es pudiendo trabajar / ganar ingresos. Pero estamos en un país donde intentamos pagar una deuda privada enorme, donde nuestro sistema exportador se está recuperando pero muy lentamente y donde la tasa de paro no deja de aumentar y, por tanto, la capacidad de las familias de pagar su deuda va desapareciendo. En este contexto, la morosidad solo puede ir hacia arriba.

Veamos en un primer vistazo la evolución del total de créditos morosos desde el año 62, que es cuando empieza el registro el Banco de España:

Verlo así es hacer algo de trampa. Puesto que nuestra economía crece, sobre todo en términos nominales, la cantidad de crédito, de todo tipo, también aumenta y, por ende, la morosidad en términos absolutos sigue la misma senda. Por eso se suele dar la tasa de morosidad, esto es, la proporción de créditos morosos sobre el total:

Asusta un poco menos. Solo un poco. En primer lugar nos encontramos con que superamos hace pocos meses el record histórico, como ya apunté en su momento. El dato actual es del 10,5%. Es decir, de todo el crédito que existe, un 10,5% se asume con una gran dificultad de que se llegue a cobrar. La escalada si que asusta, sobre todo por una razón fundamental, ¿acaso hemos llegado al pico?
Veremos como evoluciona el crédito, teniendo en cuenta además la depresión en la que nos estamos metiendo, pero hay otro dato también interesante. El crédito moroso no va surgiendo por si solo. Ya hemos comentado que es aquel al que se le exige el pago y no llega a pagar. Cuando damos la tasa de morosidad, nos estamos refiriendo al propio stock de crédito total y moroso, ¿qué pasa si atendemos a la evolución?
El crédito total se está reduciendo, mientras el país va pagando sus deudas privadas (familias y empresas). ¿Qué parte del crédito que se exige de vuelta es moroso?
Y nos encontramos con que, aproximadamente, de cada 3 euros que se piden de vuelta, 1,8 se devuelven y 1,2 no, acabando como crédito moroso, el 40%.

Podemos verlo de varias formas, aunque la más ilustrativa quizás sea esta:

En el eje X vemos la caída del crédito desde comienzos de 2009.  En el eje Y, el aumento de los créditos morosos en el mismo periodo. Por cada euro que se pagaba (bajando el crédito), 0,65 euros no se pagaban (pero se reclamaban). Por tanto, de cada 1,65 euros que se reclamaban, 1 se devolvía y 0,65 no, lo cual representa casi el 40%.
Tambien podemos ver el caso completo: Desde 2009 el crédito ha caído en 171 millones y los créditos morosos han aumentado en 115 millones. El total exigido es, por tanto, de 286 millones, y el 115 de este es el 40%.

Aquí hay que hacer algunos apuntes. Primero, esto es un calculo muy orientativo, no exacto, puesto que todo el pago de deuda no implica una reducción del crédito per sé. Si se piden a devolver 200 euros, pero vuelves a prestar 300, el crédito total aumenta en 100 euros. Si suponemos que algo de crédito se está dando, entonces lo que exige a devolver es mayor a la caída del crédito y, por tanto, el porcentaje de este crédito exigido que acaba siendo moroso sería menor.
Por otro lado, una gran parte del poco crédito que se da es justamente para refinanciar, es decir, para permitir la subsistencia de empresas o familias que, si no, no podrían hacer frente a los pagos. Sin ello, la morosidad que se mostraría probablemente fuera mayor.

Con esto quiero decir que el dato del 40% no es, ni mucho menos, exacto, pero si da una muestra algo más realista del proceso por el que estamos pasando. En algún sitio he leído que era de un 50% que, aunque difiere del 40% que me sale a mi, está en bastante sintonía.
Veremos como evolucionan estos datos, pero desde luego son una muestra bien clara de porque nuestra país presenta unas cotas de desconfianza tan alarmantes.


Miguel Puente Ajovin - Caótica Economía