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El Rey con Hermida pierde una buena ocasión de mejorar

Había que entrevistar al Rey, mucho antes que ayer, pues llega tarde el intento de lavar su imagen; pero junto a un gran profesional debería haberse tomado la molestia quien lo ha preparado todo, de reflejar también los momentos de duda, los dramas que han llevado a la Monarquía a este punto tan bajo, los asuntos que a todos los españoles les importa saber. 

No debería haber sido una entrevista continuación de lo que no dijo en el Mensaje de Navidad, pues es tanto como asumir que los olvidos de aquellas palabras no fueron intencionados o lo que tal vez es peor, le afectan mucho las críticas de los medios (o de sus amigos de traje engalanado) y ha decidido aclarar lo que se calló.
Del Rey sería deseable esperar a un político (reinar es hacer política) sereno y tranquilo pero claro y moldeable a las situaciones. Capaz y con visión de Estado. Vamos, una figura como la de un Presidente de República, pero sin mando en Plaza y con un mandato que dicta la salud y no las urnas.
Pero nos hemos encontrado con un Rey blando, capaz de mandar mensajes claros y básicos, pero sin dar soluciones, aunque no sea lo suyo por Constitución. Asume que los grandes retos son crear trabajo y eso es de alabar pues parece que se nos olvida en esta sociedad enferma, habla de intransigencias pero personalmente creo que es mentar a “la bicha” y allí no debería entrar para lograr estar por encima del bien y del mal. Y asume el dolor de tantos jóvenes que tienen que marcharse fuera de España a buscar su futuro, asumiendo que en muchos casos no volverán.
Podía, debería haber sido una entrevista para enmarcar, no una entrevista sin chicha nueva, era necesario que asumiera una España distinta a la que se encontró y dejar abierta la puerta a un recambio generacional más claro, y debería haber sido más contundente con algunos aspectos turbios de su propia vida, pues tan mal planificado estuvo su perdón al salir de la clínica, como lo es no asumir los errores desde la serenidad y la fortaleza, cuando en una entrevista pactada su pueden intentar minimizar.