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Odiamos los Museos. ¿Por qué?


Los españoles creemos que los Museos son almacenes aburridos de cosas viejas, lugares para jubilados o personas raras, recogedores de aburridos que no saben pasar la mañana en otro sitio. O edificios para entretener a turistas perdidos, que no sé qué es peor.

Nos encanta hacer colas ante lo que se publicita como la Exposición de Dalí en el Reina Sofía. Que sí, está bien, pero la obra de Dalí es conocida, se puede ver en Figueras desde siempre.

Mientras tanto la realidad de los Museos es floja tirando a muy floja. El 70% de los españoles no visitan Museos ni cuando viajan. Creen que es un lugar para cansados de la vida, para aprendices del conocimiento con gafas y chaquetas rancias.

Lo curioso es que si estudian el perfil del visitante a Museos nos enseñan a una mujer joven, que trabaja y tiene estudios superiores. Es decir, los hombres maduros vamos todavía menos a los Museos, no vaya a ser que se nos pegue la cultura y nos haga daño.

Una equivocación más. Por cierto en proporción la gente va más a pequeños Museos temáticos, entretenidos, fáciles, que a los grandes Museos. Preferimos un Museo de Cera, uno de Alpargatas numantinas, el de Sopas de Sobre o el de Chocolate a la taza que un Museo del Prado, un Guggeheim o el Thyssen. Nos deben dar miedo o pensamos que una taza china de cerámica es más entretenido que ver a Pablo Gargallo, Goya o Murillo. Snif.