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En la ansiedad y estrés los MÁS IMPORTANTES somos nosotros mismos


El estrés y la ansiedad (no son iguales, ojo) nos afectan a todos por igual. Incluso en la misma cantidad inicial. Lo necesitamos incluso para sobrevivir en esta vida normal, incluso aunque pensemos que en la actual sociedad todo es más complejo y complicado.
Pero aun sufriendo todos por igual la misma o parecida cantidad de estrés o ansiedad, es muy cierto que no todos los soportamos por igual, no a todos nos afecta igual.
Todos somos distintos, unos más frágiles, sensibles, duros o toscos. Cada uno de nosotros entendemos de distinta forma los ataques, los golpes, las patadas, las caídas. Y es aquí donde radica la diferencia entre un estrés o ansiedad normal y un estrés o ansiedad patológico o de complicada salida.
No todos somos capaces de tolerar por igual el estrés o la ansiedad básica y en la medida en que no podamos dominar los niveles básicas, estos irán aumentando logrando que sean más y más complicada salir del bucle.
Pero aunque es cierto que se puede ayudar, más cierto es que deberemos salir nosotros mismos de estas situaciones, en el momento en que podamos. En estos procesos los MÁS IMPORTANTES somos nosotros mismos. Los más capaces para dominarlas somos nosotros mismos.

Qué es y para qué sirve el Reiki?


En idioma japonés, Reiki significa «energía vitual universal». Traducido al idioma coloquial japonés sería como la energía vital y natural que todos tenemos, que es la que nos da la vida y que hace funcional el alma o el sistema de energía interior que nos mantienen vivos.

Sirve sobre todo para armonizar de forma natural los desperfectos interiores de las personas, los desórdenes emocionales, aunque algunos van más allá y aseguran que también cura enfermedades físicas. Sin duda lo que el Reiki representa es una disciplina espiritual que ayuda a la meditación y relajación y a encauzar la energía natural propia o ajena para resolver problemas.

Algunos hablan de un monje zen, Mikao Usui, como redescubridor en el año 1922 de estas técnicas que se consideran milenarias en la cultura japonesa. Otros aseguran que en el año 1937 una mujer hawaiana de ascendencia japonesa
llamada Hawayo Takata, trajo hasta Occidente uno de los secretos mejor guardados del país de sus antepasados. Aquejada de varias enfermedades tanto pulmonares como gastrointestinales, aquella mujer volvió a Tokyo con sus padres para, entre otros asuntos, procurarse atención médica adecuada. Cuenta la leyenda que en la mesa de operaciones, donde el cirujano ultimaba los preparativos para extirparle el apéndice, Takata comenzó a escuchar una voz. Una voz que susurraba: «no necesitas esta operación». Decidida, Takata renunció a la cirugía y en su búsqueda de terapias no invasivas encontró la milenaria técnica del Reiki.

Cuando su delicado estado de salud fue evolucionando favorablemente, y tras la II Guerra Mundial, Takata volvió a Hawái y enseñó lo aprendido durante 30 años siendo la puerta de entrada a Occidente de esta técnica milenaria para encontrar la salud.

Hoy en España cada vez son más las personas que practican reiki, o conocen a alguien que ha recurrido a él. El escepticismo científico alrededor de esta disciplina, calificada como simple placebo o técnica de relajación durante años, contrasta ahora con el hecho de que personal sanitario de hospitales como el Doce de Octubre o el Ramón y Cajal de Madrid hayan recibido cursos de Reiki para ofrecérselo a diversos pacientes.

Considerada como una terapia alternativa, pocos usuarios saben explicar al detalle en qué consiste. A priori, el Reiki es una técnica en la que el terapeuta canaliza energía vital (ki) del exterior y la proyecta hacia sí mismo o hacia otras personas. Esa energía desbloquea las zonas del receptor en las que el “ki” ha quedado enquistado y ha contribuido a crearle un mal anímico o de salud.

Los cinco principios por los que se rige el Reiki


Los cinco principios por los que se rige el Reiki son:

1/ Solo existe el hoy, el presente.

2/ No me debo preocupar por lo que pasó o por lo que pasará.

3/ No me tengo que irritar ni enfadar, debo relajarme y confiar más en los demás. No debo preocuparme.

4/ Me trabajo yo por dentro muy intensamente y con alegría, pues es muy importante. Luz y Amor son las bases que debo buscar. Debo ser aplicado y honrado en mi trabajo.

5/ Seré más amable y respetuoso con los demás, pues es fundamental para que el mundo sea mejor. La amabilidad hacia todos genera Luz y ayuda a los enfadados que nos rodean

Nos falta cordura para evitar accidentes irresponsables


Esta semana el accidente de Santiago de Compostela nos ha llenado gran parte de nuestra capacidad para soportar los dolores ajenos. Ha sido muy duro contemplar casi en directo y con todos los detalles posibles los dramas de muchas personas por una imprudencia de una sola persona. Somos capaces de cometer errores de gran calado sin que seamos responsables de evitar las irresponsabilidades humanas.

Nos falta cordura en asumir responsabilidad básica. Si somos capaces de llevar a 200 km por hora a 300 personas, deberíamos tener sistemas para no depender solo de una persona.

¿Cuánto durará este Papa Francisco I?


El Papa Francisco I es diferente a los anteriores. Nos lo avisaban pero sus palabras últimas lo confirman. Ante 1.000 obispos y 8.000 sacerdotes ha ido marcando el nuevo rumbo del catolicismo.

Hay que salir a la calle, marchar en busca de la calle, no permanecer enclaustrados en las parroquias y los templos, buscando a los más pobres entre los pobres.

Hay que ir a la favelas y a las villas miserables buscando a los más pobres, buscando ser más humanos, menos elitistas.

Hay que rehabilitar la política al servicio del bien común, de la dignidad de las personas, para redistribuir la riqueza, políticos más éticos y con más humildad social.

Hay que poner en práctica el diálogo, más diálogo y diálogo, insistiendo en tono bajo pero contundente que hay que trabajar más pero criticando el poder que hasta ahora existía en la Iglesia para acercarlo a la iglesia.

¿Cuánto durará este Papa Francisco I?

Cuando NO sirve la autoayuda para el estrés y la ansiedad?


Todos tenemos estrés y ansiedad, va con nosotros, nos acompaña e incluso nos ayuda en nuestra forma de vivir. Pero si la cantidad es excesiva nos bloquea y nos fastidia.

La autoayuda SOLO sirve para los casos de estrés y ansiedad entre bajos y medios. Cuando se convierten en un problema serio, cuando los ataques de ansiedad no se puede controlar y sobre todo prever, hay que acudir al especialista médico a pedir ayuda.

La autoayuda para casos de estrés o ansiedad sirve perfectamente mientras nosotros mismos seamos capaces de controlar la situación y poner en marcha los mecanismos de relajación y de ayudar personal que hayamos conocido.

Pero muchas veces los ataques de ansiedad nos paralizan, nos convierten en totalmente distintos a como somos en la normalidad. Entonces solo nos queda que nos ayuden los que nos rodean, para ponernos otra vez en buenas condiciones y acudir a los médicos.

Con la autoayuda podemos controlar niveles NO ELEVADOS de estrés y ansiedad, que son la mayoría de los casos en nuestra vida. Podemos también controlar a que no vayan creciendo con el tiempo en nuestro interior. Que no es poco. Pero si el ataque nos invade y nos transforma, hay que acudir a urgencias y a los especialistas médicos.