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Jordi Pujol, Steve Jobs, Pablo Iglesias y Pedro Sánchez. Vaya lío

No tengo claro si el diputado de Extremadura por el PSOE César Ramos, compara a Steve Jobs con Pablo Iglesias o con Pedro Sánchez, en un artículo que titula “El Steve Jobs de la política”. Pero lo dice como el que no quiere la cosa. 

El mismo día Artur Mas nos dice que el tema de las trampas de Jordi Pujol con sus herencias es un asunto privado y familiar, como si los que estuviéramos escuchando fuéramos tontos de baba. Ser Presidente de Cataluña durante 23 años no le convierte en un ejemplo a tomar, cuando leemos su comunicado, no le deja en buen lugar sabiendo que era la máxima autoridad y por ello la que debía velar por que las leyes se cumplieran. Si un político estuvo gobernando un espacio tan inmenso como Cataluña en cuanto a su historia, su territorio y sus personas, durante más de dos décadas y sabiendo cuando llegaba a su casa que estaba haciendo trampas con sus dineros, no puede nadie pensar que aquello era una situación personal, pues representaba, mal, a todos los catalanes.

Magnificamos o minimizamos las políticas según nos viene en gana para vender las ideas, para defender lo indefendible. Steve Jobs fue un genio por que triunfó tras varias décadas siendo tachado de loco y de irresponsable por crear ordenadores “diferentes”. Solo es un genio por que triunfó. Los que todavía no han demostrado nada más que su capacidad para sacar la patita por debajo de la puerta o los que tras ser un mirlo blanco en los años 70 se ha ido convirtiendo en un murciélago para Cataluña, no han demostrado ante la historia nada, de momento.