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“El amanecer del Planeta de los Simios”, poco guíon, mucho efecto

Ayer vi “El amanecer del Planeta de los Simios”, una monada de película, en una sala vacía con no más de una decena de espectadores para un gran espacio vacío. Si vas en busca de una historia, de un guión bien desarrollado, de una película que le diga algo, pues no acuda a verla, con observar el Telediario de las 21 horas y ver lo que sucede en palestina, tiene bastante. Pero si desea gozar con los efectos especiales, con un trabajo artístico muy aceptable con algunas escenas realmente muy buenas, es su película y un buen momento para tener unas tarde agradable.

No es de recibo que tras muchos millones de coste para hacer estas virguerías no se tenga una historia interesante que lo soporte. El guión se flojo, soso, predecible, pero eso si, disfrazado de monos, sin saber si los monos son los que van de humanos o los que van de animales.

El sonido impresiona, algunos primeros planos de la textura de los monos decepciona, pero los paisajes, los decorados y la fotografía es realmente de gran calidad, capaz de meterte en la historia dentro de lo complicado que parece hacer este tipo de obras.

Es una película de supervivencia donde dos mundos luchan por mantener sus espacios físicos de vida, pero donde claramente se observa cómo en todos los lugares cuecen habas y surgen los idiotas violentos capaces de mandar al carajo todo intento de paz. No hay bandos bueno o malos, hay personajes buenos y malos. Capaces uno solo de ellos de tirar a la basura la paz que cuesta mucho construir entre todos los demás. El “malo” siempre tienen más posibilidades fáciles de hacer el mal, que el bueno de hacer el bien.