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¿Es posible avanzar hacia la economía del bien común o bien social?

La meta de toda empresa es ganar dinero.Nos lo han dicho tantas veces que no solo nos lo hemos creído, sino que estamos seguros de que no hay otra manera de darle sentido al riesgo de crear una empresa. No ha existido otra pedagogía posible para entender que a veces los riesgos no deben servir solo para ganar dinero, como recompensa a nuestro trabajo, esfuerzo y osadía. Que existen varias formas más de sentirnos plenamente recompensados.

Los que creemos que la economía no debe basarse solo en ganar más dinero, respetamos a los que piensan de otra forma.En esto también nos diferenciamos. Como además —insistimos muchas veces— en que no es incompatible ganar más dinero con ganar más bienestar social, más sostenibilidad, más sentido social del beneficio.

Hasta ahora nos han insistido que la meta es ganar DINERO. Pero luego, este dinero si es poco lo gastamos y si es mucho lo acumulamos. Consumir o procurar seguridad, formación, salud o una cierta calidad de vida para toda nuestra familia es lógico en todo ser humano. Pero acumular es absurdo.

El dinero acumulado se convierte en números. Ampliar esos números que ya nunca podremos gastarnos, a veces, nos obliga a tomar decisiones ilógicas que van en contra de nuestra sociedad, de las personas que nos rodean. De nuestra personalidad, del bien común, del Planeta. ¿Y para qué?

Por eso hay cada vez más personas de altos ingresos que están cambiando su forma de pensar en relación a los nuevos sistemas económicos del bien común, del bien social, etc. Saben que más importante que tener números apuntados, es tener respetabilidad, gozo, sentido de la responsabilidad social, reconocimiento social, rentabilidad en forma de calidad de vida compartida.

Pero el gran trabajo pendiente en la economía del bien social o común es el cambio que deben liderar las empresas públicas, los organismos públicos que crean puestos de trabajo, producción, servicios, consumo, interrelación económica. Deben liderar los balances del bien común y ser ejemplo de trabajo, abriendo caminos. Por eso entre otros motivos, es tan fundamental limpiar de corrupción todo el dinero público.