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Alemania entra en un periodo de problemas internos

Si admitimos que Alemania es muy importante en Europa, debemos admitir que Berlín es muy importante en Alemania. Ayer se celebraron comicios en la Ciudad Estado y como se preveía, el partido de Merkel ha recogido los miedos y temores a la inmigración, que todavía no se ve en las calles con la dureza de España, pero que se admite no saber cómo gestionarla en el medio plazo, pues el número de personas que viven en Alemania en campos de refugiados oscila según quien lo da entre el millón y los dos millones de personas, confinadas hasta que empiecen a integrarse. El idioma es el gran problema para todos ellos.

El aumento de la AfD (extrema derecha) hasta el 14,2% en una ciudad libre y sorprendente en sus respetos hacia la diversidad, preocupa mucho pues en las próximas elecciones estatales en un año, será previsiblemente mayor, cuando entren zonas de Alemania mucho más conservadoras, menos abiertas.

El Partido Pirata ha desaparecido al recibir un 1,7% lo que nos lleva sin duda al análisis de que en política, aunque nos odien, no se admiten experimentos con gaseosa. Se puede odiar a los políticos, pero se necesitan para que funcione la sociedad. Y por eso los que no se saben qué son, se pierden en la nada.

Si bien el partido de Markel (CDU) ha logrado un bajo 17,6%, se encuentra con un Partido VErde que le pisa los talones con un 15,2% y un partido Izquierdas (comunistas, sobre todo de la RDA) que logra un 15,3%. El SPD (socialista) logra el mayor porcentaje de votos con un 21,6% que es menor al que se tenía y demuestra una división clara entre las diversas izquierdas. Para cerrar los resultados, vuelven los Liberales con un 6,7%.
 
Con estos datos, dentro de un año vamos a asistir a un cambio importante en Europa, en Alemania de entrada, que puede convertir el actual problema de España en ejemplo contagioso.