Hoy os quiero hablar de la voz. De los sentidos. Y es que, cuando alguien está en un proceso de salud complejo, que el paciente sienta cerca a un ser querido, ayuda a estar mejor, ayuda en su recuperación.
Da lo mismo que nos cojan de la mano, o que nos quieran oír la voz, el simple hecho de sabernos/saberse acompañado/a en ese momento, es muy beneficioso para la persona enferma.
El tacto es de gran importancia para los seres humanos y puede ser beneficioso para reducir el dolor, de hecho, es el primer sentido que se desarrolla en los recién nacidos y la forma más directa en que interactuamos con el mundo.
Por otro lado, la voz de una persona conocida es muy importante cuando estamos enfermos porque permite conectar de manera emocional. La voz te ayuda a identificar a la persona, a sentirte más seguro y a recibir palabras de aliento que pueden mejorar tu ánimo y aliviar la ansiedad.
Ocurre lo mismo con las imágenes, con las fotografías, también ayudan a establecer una conexión emocional con las personas que salen en la imagen. Te ayudan a recordar y a tenerlas cerca aunque no sea posible.
Y añado: Hace unos días un profesional de la psicología me reafirmó que simplemente estar a su lado, acariciar, sostener su mano, preguntar qué necesita, escuchar —porque quizás no somos personal sanitario pero sí que somos el vínculo más cercano de la persona enferma— puede calmar, puede hacer que el enfermo mejore.
Os pongo algún caso. Una noche, una persona cercana me dijo que necesitaba oír mi voz, que quería sentir que de alguna manera estaba ahí en una noche de insomnio y ansiedad. Le mandé un par de audios de WhatsApp y su respuesta fue: —Gracias, me has ayudado a calmarme.
Yo, me volví a dormir satisfecha por haberle ayudado.
Pero esto, también funciona si estás con gripe, con migraña, y alguien simplemente te coge la mano, o si estás en la cama de un hospital esperando una prueba, o llevas ingresado/a varios días.
La voz, el tacto, la vista (ahora por medio de videollamadas o fotos en el móvil, todo es posible), o incluso el olor agradable que nos recuerde algo positivo.
Las personas de nuestro entorno, padres, hermanos, pareja, amistades… están para estar… cerca. En un momento de fragilidad, son importantes para mejorar nuestro ánimo, nuestra recuperación y nuestra salud mental, que sin duda influye en todo o casi todo lo que hacemos.
Laura Puente Ajovín