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Cuidado con las prohibiciones, no vayan a empujarnos fuera

Viñeta de eldiario.es
En el grito de “No pasarán” se esconden muchas posibilidades. Desde la más histórica de evitar que los combatientes de un bando arrasen a los del otro, a la de estos momentos en Europa intentando evitar que los refugiados entren en la que consideramos idiotamente “nuestra casa”.

Europa no es “nuestra” casa, entre otros graves motivos, porque los propios europeos no sabemos bien a qué nos estamos refiriendo cuando decimos “nuestra casa”. ¿La casa de los europeos ricos donde dejamos estar a los europeos del sur para que hagan de criados? La Europa del Este que no entiende a la Europa del Mediterráneo? ¿La Europa anglosajona que está mirando más a los EEUU que a Grecia? Podemos querer a Europa, y podemos pensar incluso que “no pasarán”, pero cuidado pues en esta frase se esconde el: ¿a quien no vamos a dejar pasar?

Podría ser que sobre quien no les gustaría que pasaran fueran a los europeos pobres, o los europeos musulmanes que hay muchos millones, o incluso los europeos que se toman la siesta aunque trabajen más horas que los suecos. Cuidado con poner puertas a la libertad, pues nos pueden pillar fuera o nos pueden empujar a salir.