Negociar es una actividad que muchos de nosotros la tenemos que hacer casi de forma constante, y todos la realizamos varias veces a la semana. Negociar es llegar a acuerdos entre partes que opinan diferente y lo necesitamos hacer con nuestros hijos, con la pareja, con nuestro jefe, en el banco o en un comercio. ¿Pero sabemos negociar bien, nos han enseñado en las escuelas, se puede aprender?
1/ Negociar es pactar, es ceder, es no finalizar con derrotados. Negociar es ganar, pero sin que se note que alguien ha perdido. A veces negociar es perder, pero nunca del todo. Negociar nunca debe ser rendirse. Haz crecer tu autoestima. ¡¡Eres capaz de ganar!!
2/ Hay que saber qué puntos frágiles tiene la otra parte, para hacer más fuertes los tuyos. La información es fundamental. No se puede negociar sin tener todos los datos posibles. Antes, siempre antes, pero que se van ampliando según se va negociando.
3/ Debemos tener muy claros los objetivos que deseamos lograr en una negociación. Dejar mentalmente claros en nuestro interior los puntos mínimos y los máximos. Las zonas que son líneas rojas y por las que NUNCA vamos a pasar. Tenemos que movernos en las zonas intermedias de los objetivos, para afianzarnos hacia la zona positiva. De esta manera observaremos qué está dispuesto a ceder la otra parte y definiremos si hay que ser mucho más duro o si podemos contemplar que la negociación puede ser más sencilla.
4/ Escribe todo. Haz gráficos. Define posibilidades por escrito. Revisa y completa. Modifica y añade los objetivos de la otra parte. Marca con colores los que son inamovibles por ambas partes. Rojo para los imposibles de pisar por ambas partes. Verdes los fáciles y los que sirven para avanzar.
5/ Define tu estrategia de trabajo en la negociación. Planifica los tempos, lo que se debe hablar en cada sesión. No es bueno sacar todos los conejos de la chistera a la vez. Domina los tiempos, los tempos, los sonidos de la sinfonía. Observa el papel de los contrarios, de cada uno de ellos y del conjunto. Es como una obra de teatro donde cada negociador como parte del equipo, está componiendo una música diferente. Aprende a valorar cada instrumento de la competencia. No todos tienen la misma importancia y muchas veces los timbales suena mucho pero no es música sino ruido.
6/ Vigila tus palabras. Marca en tus hojas de trabajo sobre qué temas NUNCA deben entrar tú. Y si te los sacan los demás, recuerda en obviarlos o tratarlos muy superficialmente. Nunca tienes que caer en la trampa de tocar la música que ellos indiquen. Si no toca la flauta, no saques a relucir la flauta. Si acaso muy levemente. La flauta se tocará cuando toque según tu planificación. El orden de las intervenciones de cada parte de la negociación es negociación pura y dura.
Y efectivamente, para negociar con tus hijos o con tu pareja, sobra todo lo dicho anteriormente ¿Aunque… de verdad sobra todo?