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El arte de tener amigos y conservarlos

Los amigos están para ayudarnos y ayudarles. Para convivir y compartir. Para hablar con ellos y no de ellos, para escucharles o para que nos escuchen. Los amigos están para tocarnos, para sentirlos, para conocerlos, para dejarse conocer.
Sin amigos todo es más complicado, pero no hay que confundir a los amigos de los conocidos. Hay muchas clases de amigos y no todos disponemos de buenos amigos de verdad. No es sencillo tener cerca amigos sinceros y eternos, amigos de muchos años, amigos que son como familiares positivos y sin nada de lo negativo que conlleva la sangre familiar, que también lo hay.
No te fíes de quien asegura que tiene mil amigos, no suele ser verdad pues tanta suerte no es muy normal. Pero sobre aquellos que tienen amigos de muchos años, que saben mantener a los mismos amigos durante media vida, fíate, pues cuesta mucho saber esa maravilla de convivencia.
Quien cambia de amigos con mucha facilidad y se vanagloria de que sabe encontrar amigos en cuanto le falla uno, es una persona de poco fiar. Los amigos de verdad no se pierden, no desaparecen más que en especiales circunstancias no deseables.