7.10.25

El reto de los jóvenes por encontrar empleo de calidad


Decía o escribía yo 
en el año 2010 que el reto que parecía imposible para los jóvenes era encontrar un empleo de calidad, y en el final de esta entrada os dejaré el texto que escribía entonces, no sin advertir que si bien el desempleo desde ese año 2010 ha bajado muchísimo en todas las edades en España, eso no tienen nada que ver con la calidad de empleo, ni con tener el problema resuelto. De eso iremos hablando en sucesivos textos. Veamos algunos datos.

En 2010, en plena crisis económica mundial, la tasa de paro juvenil en España alcanzó un alarmante 41,6%, una cifra que triplicaba la media mundial de ese momento (13%). La situación en España era especialmente grave, registrando la tasa más alta de la Unión Europea. Al cierre de ese año, la tasa general de desempleo en el país se situó en el 20,33%. El pico de desempleo juvenil en España durante 2010, que alcanzó una tasa del 41,6%, fue el resultado de una combinación de factores estructurales del mercado laboral y educativo, agravados por la crisis económica mundial iniciada en 2008.

Los principales factores que explican este fenómeno son el impacto de la crisis económica de 2008, junto a una recesión económica mundial que afectó de manera desproporcionada a los jóvenes. En España, la destrucción de empleo se concentró en sectores como la construcción, que había absorbido a muchos jóvenes con baja cualificación durante los años del "boom" inmobiliario.

Hubo una segmentación del mercado laboral. El mercado de trabajo español se caracteriza por una alta dualidad, con una gran proporción de contratos temporales. Los jóvenes suelen ser los más afectados por esta temporalidad, siendo los primeros en ser despedidos al inicio de una crisis. La destrucción de empleo temporal fue una de las principales causas del aumento del paro juvenil, unido al abandono escolar temprano.

España presentaba una de las tasas de abandono escolar más altas de la Unión Europea, el doble que la media comunitaria. Muchos jóvenes dejaron los estudios para incorporarse al sector de la construcción, lo que les dejó sin la formación adecuada cuando estalló la crisis. Esta falta de cualificación dificultó su reincorporación al mercado laboral en otros sectores.

Hay un claro desajuste entre formación y demanda labora. Existía una brecha significativa entre las habilidades y la formación de los jóvenes y las necesidades del mercado de trabajo. Esto se manifestaba mucho más en ese 2010, tanto en el abandono escolar como en la sobrecualificación de algunos universitarios para los puestos disponibles.

La Ineficacia de las políticas activas de empleo ayudó a que el problema se agravara. Las políticas destinadas a fomentar el empleo juvenil no fueron suficientemente efectivas para contrarrestar los efectos de la crisis ni para corregir los problemas estructurales del mercado.

La combinación de estos elementos provocó que, mientras la tasa de paro de la población general aumentaba significativamente, el desempleo juvenil se disparara, incrementándose en casi 25 puntos porcentuales desde el inicio de la crisis en 2008, el mayor aumento dentro de los países de la OCDE.

Para el año 2025, la situación ha mejorado considerablemente, aunque España sigue enfrentando dificultades en este ámbito. Los datos más recientes de la Encuesta de Población Activa (EPA), correspondientes al segundo trimestre del año, fijan el desempleo en menores de 25 años en el 24,5%. 

A pesar de la reducción, España continúa registrando una de las tasas de paro juvenil más altas de la Unión Europea. Según datos de Eurostat de mediados de 2025, la tasa de desempleo juvenil en España duplica la media europea, que se sitúa en torno al 14,7%. En septiembre de 2025, la tasa de paro juvenil se mantenía en el 23%. Veamos a continuación qué decía yo en ese mal año de 2010.

“Los jóvenes no tienen trabajo, no hay empleos para los jóvenes más preparados que nunca, no somos capaces de dejarles entrar en el mercado de trabajo y por ello en la emancipación, incluso en el consumismo, en la participación social. ¿Qué solución esperamos dar a este problema social de primer orden? Creo que no somos capaces de darnos cuenta de este tremendo problema, ni por parte de los políticos ni de los padres que tienen que soportar sus vidas y sus gastos, tal vez en la ilusión de que así al menos, ellos sí que tienen trabajo y les pueden ayudar. Pero es un gran error social, pues estos años de retraso en la incorporación de los jóvenes al trabajo los pagaremos a precio de oro social dentro de pocos años, cuando ellos se hayan hecho mayores y no tengan ni oficio, ni futuro, ni posibilidades de consumir. Se les llena la boca de “mercado” cada vez que hablan de soluciones, pero no se dan cuenta que una generación vacía es un error tremendo para sus ideas liberales. Por propio egoísmo consumista y productivo, es necesario tener a los jóvenes trabajando. Queremos una España con más alta capacidad de producción laboral, y en cambio, en vez de dejar entrar a los jóvenes preparados al mercado laboral, intentamos por ahorrar, obligar a que las empresas tengan a mayores de 65 años laborando. Eso es de bobos ilustrados en el siglo XIX, no de empresarios inteligentes del siglo XX y mucho menos de estudiosos economistas del siglo XXI. Los jóvenes necesitan trabajo, ser necesitan tener capacidad de reconocimiento social, ni capacidad para tener libertad si no se acompaña de la emancipación. Hoy los jóvenes no son libres al no tener capacidad de salir de casa de sus padres. Se les corta las alas de su libertad en lo fundamental, y los convertimos en inútiles sociales a la vez que en cabreados y desahuciados para la participación en su sociedad. ¿Alguien piensa en el futuro de estos jóvenes?, ¿o sólo pensamos en la teoría engañadora de pagar ahora menos pensiones diciendo que así se podrá llegar hasta el 2050?. ¿Pero en qué condiciones sociales llegarán los jóvenes actuales en ese 2050?”.