Páginas

Nunca hay que comparar a los niños entre ellos. ¿Para qué sirve?

Los niños no aceptan nada bien que se les compare con nadie. Mucho menos si es en plan negativo. Ni son tan altos como papá ni como el primo, ni son iguales al vecino del segundo ni al amigo de la calle. Cada niño es diferente y eso es maravilloso. Pero si nos escuchan decir que algo es diferente, a ellos eso les repatea pues no entienden bien si es para mejor o para peor.

Todas las comparaciones son odiosas y en niños que van cambiando de muy diferente forma según crecen en edad, más todavía.

Yo tengo un amigo que con 12 años era bastante bajito; yo ya había crecido hasta superar la media. Hacíamos una pareja curiosa y mi amigo tuvo que sacar mala leche para defenderse. Era lo básico. Mis padres equivocadamente me decían que parecíamos el punto y la i, y yo odiaba esa frase. Hoy, seguimos siendo muy buenos amigos, los dos estamos igual de altos como nos sucedió a partir de los 15 años. Si mi amigo hubiera escuchado los comentarios de mis padres es posible que lo hubiera perdido.

Nunca deben saber los comentarios de adultos sobre sus figuras, sus inteligencias, sus formas y fondos. Están creciendo como personas y sobre todo necesitan mucha educación y ayuda. Debemos ser justos con ellos y darles todo el amor para que sean más capaces cada día.