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Ser líder se aprende, no se enseña. Seis consejos para aprender

El mundo está huérfanos de buenos líderes en muchos órdenes de la vida, sean empresas, equipos humanos, política o proyectos. Pero no es sencillo aprender a serlo, pues una parte de sus características no se enseñan, se aprenden que es diferente.

 Un líder debe intuir los problemas, adelantarse a ellos, resolverlos e intuir los cambios que toda organización tiene en el transcurso de su vida productiva.

 Un líder debe tener credibilidad entre todas las personas que formen sus equipos, debe ser honesto y coherente con sus ideas, generoso con todos ellos, con gran conocimiento personal de sus problemas y con capacidad para tener gran empatía y saber demostrarla.

 Los líderes asumen riesgos constantemente, saben que no es posible avanzar siempre en línea recta, que a veces hay que entrar en cuartos cerrados y oscuros, que no siempre lo fácil es lo más útil.

 Un líder tiene que estar muy motivado y saber transmitir esa motivación a todo su equipo. Sobre todo en los momentos complicados, en aquellos instantes en los que todos deben entregar todo lo que tengan.

 Es imposible hoy ser líder si no se sabe trabajar en equipo, se sabe delegar constantemente, se es un buen seleccionador de personas. Trabajar en equipo es complejo, hay que obtener unos resultados sin perder de vista nunca que el beneficio del grupo no puede estar en contra de los pequeños beneficios personales, pues siempre necesitamos a personas motivadas y contentas para realizar los buenos trabajos. Engranar bien el trabajo en equipo con las individualidades de cada personas es complejo pero una actividad maravillosa si se obtiene un buen fruto.

 Un líder sabe que está rodeado de personas, que estas sufren, tienen problemas, emociones positivas y negativas, miedos y temores, dudas y alegrías. Hay que saber repartir las emociones, agradecer y aplaudir, enseñar y lograr que los integrantes crezcan con los proyectos. Ser alegre y saber relativizar casi todo cuando el momento lo permite. Tener gran cantidad de inteligencia emocional, sabiendo que cada persona es un mundo.