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No dejes de leer por esperar más de la lectura, si acaso cambia de libro

Publicaba hace ya un par de años en El País esta viñeta de la serie: El Trampantojo de Max, con un claro texto cierto en el mensaje. 

Leemos poco, pero además estamos convencidos de que no merece la pena leer más… pues ya lo sabemos todo. O simplemente no nos gusta lo que hemos elegido. ¿No podríamos elegir otro libro?

Es como si naciéramos listos per se, y además nuestra capacidad de ir aprendiendo dependiera de nuestra mirada, de las mierdas que vamos encontrando por la vida mientras caminamos, incluso de las mentiras que nos cuentan con la sana intención de que parezcan verdades fabricadas. 

Tenemos que aprender a mirar, para al menos aprender a ver y separar la paja del polvo y al revés, pues en estos tiempos lo normal es la manipulación. 

Siempre ha sido, para ahora más pues la capacidad de los manipuladores de influir es tremenda.

Nunca dejes de leer por esperar más de la lectura, si acaso cambia de libro, pues hay algo que debemos recordar siempre. 

Ni un libro, ni una película, ni un plato de un restaurante es obligatorio terminárselo. Hay personas a las que no les gusta la carne y en cambio disfrutan tremendamente del sexo. O de unos calabacines rellenos de setas.