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Sigue siendo común poner un pobre en tu vida

Los pobres siempre hemos sido como un juguete para los ricos, incluso un juguete manejable, cómodo de llevar, excepto que a los pobres hay que peinarlos, lavarlos más de lo habitual y mandarles, pues ellos solos no tienen iniciativa. Hubo siglos, incluso hasta en el siglo XXI pasaba esto, que era común poner un pobre en tu vida. Salen más caros que un jarrón chino, pero se rompen menos. ¡Piénsatelo!