Páginas

El futuro de la Inteligencia Artificial, visto en sus inicios


Esto que estamos viendo aquí (leyendo más bien entre tu y yo) es la prehistoria de la historia en cuanto a comunicación real pues estamos en pleno proceso de cambio en cuanto a capacidades de comunicación y no sabemos bien hacia dónde nos iremos moviendo. 

Hasta ahora la Comunicación era un proceso en el que intervenía un Emisor y un Receptor, uno o millones pero todos humanos. Desde hace miles de años ha sido así y ahora nos estamos planteando la opción de cambiar el Emisor por máquinas de momento programadas por humanos, pero máquinas que pueden intervenir en los mensajes, en las formas, y adaptarlos constantemente a los Receptores con ligeros cambios programados según varemos posiblemente también artificiales.

La IA ha venido para impregnarnos sin poderle poner puerta a multitud de formas en comunicación global que el propio humano está decidido a cambiarlas para tenerlas mejor controladas y que sean más sencillas de organizar, manipular y a su vez más baratas. Sea Cultura, Arte, Noticias, Educación, Opiniones, etc. Hasta no hace muchos años solo los Emisores perfectamente reconocidos, fueran medios de comunicación u Oradores reconocibles, eran los que explicaban, hablaban para los Receptores. 

Desde hace unos años cualquiera de nosotros con el uso de la informática e Internet, puede convertirse en Emisor, en Influencer o persona con capacidad de influencia sin saber quien ni por qué dota a esa persona de ese poder que influye. Se han ido multiplicando las personas que influyen desde todo tipo de Redes Sociales, desde comentarios en los Medios de Comunicación de Internet, etc. Y ahora en ese lógico avance transformador ya tenemos a máquinas que pueden opinar de forma programada con normes que no delatan que son máquinas. Y aquí tenemos ya el primer debate. 

¿Debemos consentir que toda forma de IA sea anónima y no se indique claramente que aquello lo ha realizado una máquina programada sin intervención de una persona? ¿Resolvería algo saber que está hecho por una máquina? ¿En poco tiempo será posible consumir algo no físico, como los textos, la música o las imágenes estáticas o en movimiento y diseños, que no sea realizado por máquinas?  En ese caso de nada serviría plantearnos ahora en señalar si están o no hechos con IA, como ahora nadie se plantea si la mortadela es un puré de cosas.

En pocos años si nos lee alguien, pensará lo triste que era escribir en un teclado tas olvidarnos de los bolígrafos o de las plumas estilográficas. Incluso lo antiguo que es leer cosas estando fijos ante una pantalla sin podernos girar y por ello no perder la lectura del texto, o sin sentir nada en el tacto, olor o sensaciones de lo que allí se decía en el aire de las tres dimensiones. 

¿Será imposible en un futuro muy cercano que cuando leamos El Quijote, sintamos el olor de los cueros de vino destrozados o el viento en la cara de los molinos girando? ¿Podremos elegir la voz del narrador, de Sancho Panza o de la mesonera, mientras sentimos como parece que nos toca cualquier personaje? ¿Nos veremos si bajamos o giramos la cabeza ya vestidos como un soldado de caballería y a nuestro alrededor observemos ya no nuestro propio salón, sino como un decorado real de la Edad Media?

Ya podemos ver en estos inicios de 2024 unos pequeños vídeos de unos mamut en la nieve, de una mujer andando por una calle japonesa, de una anciana haciendo una receta de pasta italiana, de unos perros retozando en la nieve, de unos astronautas en un planeta imaginario, y todos ellos creados con inteligencia artificial. Hasta ahora todo esto era posible ya, pero se necesitaban decorados, grandes gastos y sobre todo mucha profesionalidad. Ahora las herramientas nos brindan que cualquiera lo puede hacer en su casa simplemente dictando unas palabras a una máquina. Necesita simplemente querer hacer algo, y tener el software que de momento es incluso gratis. Tiene fallos, no es capaz de sumar vídeo y sonido, pero estamos en la prehistoria.

Podemos ya, si así se lo ordenamos con texto a una máquina y queremos movernos un poco más lejos, crear un pequeño vídeo en donde un entrevistador muy natural pero artificial, lo ponemos en una calle real y entrevistando a otra persona que también parece real, se dedican a opinar de un tema determinado…, y van opinando de ese tema elegido por el creador del vídeo ante su software según lo que se desea que se opine y se diga. Todo parece real, es muy similar a los que hasta ahora se hace en las entrevistas, pero se juega con nuevos factores de manipulación. La credibilidad solo se sustentaría en la firma del Emisor. Por eso es importante conocer quien crea, mucho más que saber con qué herramientas crea.

Pero vayamos un poco más lejos. Circulan por las Redes pequeños vídeos de personajes más o menos anónimos, creados falsamente pero con la cara y la voz de personas conocidas por los receptores, diciendo barbaridades o en situaciones no lógicas o no reconocibles. Y efectivamente, no nos las creemos. De momento. 

Pero cuidado, si es un amigo tuyo, una persona común y anónima quien habla en ese vídeo de ambiente en una cafetería y simula que son unas imágenes reales tomadas sin que nadie se de cuenta, la cosa puede cambiar. Es todo falso, pero parece real. Dice el personaje barbaridades que te harán dudar como ya lo están viendo y sufriendo algunas personas. Puede parecer una broma, excepto que se utilicen de momento para delinquir, estafar o extorsionar.

Incluso me consta que un imitador muy conocido y jugando con estas máquinas artificiales gratuitas o casi gratuitas, ha pasado por ellas su propia imitación en vídeo de un personaje público, para que se las pulieran y mejorara y luego tras ese trabajo artificial ver los resultados. Y son sorprendentes pues todavía la máquina imita mejor y más exacto a los personajes, puliendo lo que el imitador humorístico no puede pulir en los rasgos o en los matices de la voz. 

Nuestros hijos y nietos nacen con estas herramientas. No sufrirán como nosotros las dudas de hacia dónde nos lleva todo esto. Yo todavía recuerdo y sé por haberlo vivido —con mis muchos años— lo que es tener en casa un carro de carga con dos mulos para ir a trabajar y que los animales entraran en la vivienda del pueblo por la misma puerta que el resto de habitantes. Eran a su vez una manera de calefacción natural en invierno calentando los bajos de la vivienda. Que eso hoy no exista lo ven lógico nuestros hijos y nietos. No se plantean que es un avance tener máquinas que dan calor y no hacen ruido. No piensan que sea una novedad artificial que cada persona tenga su propio coche aparcado en la calle pero que lo lleve a los sitios de forma rápida.

Algo similar podría suceder cuando los informativos sean presentados por personajes de IA. Cuando las clases del colegio nos las ofrezcan en realidades alternativas a la del profesor. Cuando la música, la literatura o el arte sean construidos por máquinas, pues simplemente buscaremos lo mismo que ahora, entretenimiento. Y a ser posible rápido y barato.

Ya no vamos a entender la relación con otras realidades a través de pantallas en dos dimensiones, que esa es otra. No necesitaremos en breves años ponernos delante de una pantalla de ordenador o de tablet para ver unos paisajes de la India o de San Estaban de Gormaz. Los veremos a través de algo que de momento podrían ser una gafas de realidad aumentada, y nos rodearán esos paisajes mientras caminamos por las calles de ellos de forma real. Los transeuntes reales los veremos disfrazados de indios o de sorianos, los paisajes que están alrededor de nuestro cuerpo de forma real se habrán transformados en nuestra vista en paisajes indios o sorianos, adaptados unos con otros. Una pared seguirá siendo una pared, pero la veremos de una o de otra forma. La observaremos y viviremos en todas las dimensiones de nosotros mismos lo que nos rodea de verdad. Se integrará en nuestra forma de ver, sentir, vivir los entornos. Seguiremos estando paseando por Zaragoza pero sentiremos que estamos paseando por India o Soria. ¿Parece imposible, os parece Ciencia Ficción? Pues ya existe, pero en calidad baja.

Hoy tenemos las Gafas de Realidad Virtual de Apple, no son en este año 2024 las primeras, pero sí de momento las mejores. Os puedo asegurar que moverse por espacios con unas gafas de esas, no de las mejores sino de las anteriores, supone creerte que han entrado en otro mundo en donde todo puede suceder. Están programadas para hacerte creer de forma burda y sin suficiente detalle y enormes errores, que tu mundo ya es otro. Cuando se creó el cine, las primeras películas, todos se asombraron, pero a su vez sabían que aquello no era real siendo real. Se veía en blanco y negro, no había sonido, iban a trompicones, era estático y solo se movían las personas, etc. ¿Cómo ha evolucionado el cine en poco más de un siglo? ¿Es comparable aquella velocidad de cambio a la actual?

No nos vamos a relacionar con lo auténtico a través de una pantalla. Nos tendremos que adaptar a relacionarnos con todo como un conjunto, a través de procesos que simularán la realidad, y nos harán sentir las mismas sensaciones, pero a través de procesos que todavía no somos capaces de imaginar. Lo artificial vendrá para convertirse en natural. Hoy sabemos que las salchichas son en muchos casos puré de cosas metidas en un plástico comestible o que una bebida energética es agua con polvos químicos, y lo compramos y consumimos de forma muy natural.

Y no, no es ciencia ficción, será un cambio como el que supuso ver en una pantalla de tela que se movían, a personas en blanco y negro y sin hablar, pero que les parecía imposible y milagroso a nuestros abuelos. Será como entender que un cacharro de hierro de tamaño similar a un carro, se podía mover sin llevar a caballos delante. Incluso comprender que se hemos puesto aire acondicionado y música estéreo a un tractor es posible seguir creciendo en comodidad ambiental, viéndolo imprescindible.

Ajovín