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¿Cómo resuelves el problema del campo?


No es sencilla la solución al conflicto del campo que está inundando las carreteras de España, de Europa, y entrando en una espiral complicada. El campo y la ganadería en Europa ha recibido muchas ayudas económicas que se han ido diluyendo, incluidas a veces con malas praxis de algunos grandes dueños de tierras. 

Ese sistema actual de PAC no sirve pero a su vez también es imposible modificarlo, sino simplemente cambiarlo por uno nuevo que es imposible que guste a las partes, pues los vicios son tremendos.

Es un problema el planteado en Europa, que de entrada no tiene solución, pues se junta el muy necesario control del medio ambiente, con la globalización ya imparable de los mercados mundiales. 

Y en estos dos temas, por mucho que nos vayamos prometiendo unos y otros cambios, la solución no pasa por añadir paños menores. Y es imposible cambiar el futuro que ya está entre nosotros, pues sería cambiar el conflicto de unas personas o sectores a otros.

Atacar el desabastecimiento de las grandes superficies, de las ciudades, simplemente va a lograr que el Gobierno tome medidas que no van a gustar a la mayoría. Un país no puede quedar a merced de la violencia, y eso en estos tiempos no es opinable. 

¿Es terrorismo lo que vamos observando en estas jornadas? 

¿Son muy diferentes estos actos a los que se produjeron en Cataluña en las jornadas de Independencia?

La manipulación en este asunto es tremenda. Tras el estallido del problema —que nadie niega en el fondo— movilizado y manipulado por grupos ultra conservadores, han tenido que salir los sindicatos agrarios tradicionales a intentar liderar la protesta, pues sabían que estaban perdiendo sentido y protagonismo. 

No es —aunque lo quiera parecer— una pelea entre el mundo rural y el mundo urbano. 

Si entramos en esta dicotomía, saldremos perdiendo todos, y estaremos creando una herida falsa pero muy potente e infectada.  Estamos en tiempos de cambios, incluso de cambios de Ciclo. Y este no es más que una señal más de que excesivas cosas van a cmabiar en las dos próximas décadas.