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Los chiítas (chiíes) y sunníes tienen mucho que ver con los problemas actuales del mundo árabe

Nadie se atreve a vaticinar en qué quedarán las situaciones de crisis que está viviendo el mundo árabe —sólo ellos de momento—. Ni los que las provocan desde los despachos, que son los grandes escondidos. Cuando algo se rompe, es muy complejo volverlo a enganchar, retornarlo a la normalidad, y en asuntos sociales más, pues se desbocan los enganches con esa sociedad que hemos creado incluso para obligar a estar todos callados.
No nos hemos percatado mucho de algo real y trágico en el proceso de revolución posible de Egipto y vecinos. Junto a la presión de los ciudadanos estaba
la falta al trabajo diario pero también la falta de funcionamiento de la sociedad civil en todos sus aspectos. No funcionaban los transportes, los mercados, los bancos. Es decir, había una auténtica revolución con huelgas que han llevado a un Golpe de Estado de los militares. Un Golpe de Estado, lento.
Curiosamente todos los golpes de estado son producto de una presión rápida que en un momento rompe con la legalidad establecida aunque sea dictatorial o más todavía si es dictatorial. Un ataque a un lugar importante, un magnicidio, un asalto o levantamiento a lugares estratégicos. Pero nunca se había dado un Golpe de Estado lento. Se dejó a Mubarak madurar él solito. ¿Pero de verdad era eso lo que pretendían los militares o fueron cambiando sobre la marcha?

La primera pregunta sobre Egipto es obvia. ¿Y ahora qué?

Pero las que hay que hacer sobre sus vecinos no tienen todavía destino ni momento. Cada país puede que tome un camino diferente, y al revolverse todo pueden salir polvos, lodos, enemigos tapados, odios escondidos de siglos. Como todas las evoluciones están siendo a la vez en el tiempo, será complicado predecir cómo quedará la situación, aunque todas empiecen a la vez, pues parten de distintos orígenes y tendrán distintos destinos. Irán no logrará lo mismo que Egipto, o si. Pero el camino no puede ser el mismo. A EEUU no le importa lo mismo la situación de Bahréin que la de Túnez o Libia. La primera le afecta en su Base Naval, imprescindible para su estrategia militar en la zona y además como país pequeño pueden invadirlo en un plumazo por poner un ejemplo rápido de cambio en los movimientos de las piezas, algo que no puede hacer en la mayoría de los otros países de la zona.

Bahréin por poner un ejemplo simple de lo que representa en el mundo, es de un tamaño algo mayor que Andorra y con una población parecida a Asturias. Pero en cambio es fundamental para los EEUU al tener la base de la V Flota en este país, al que por cierto se le añade un componente más de conflicto. Su población es en cierta medida deseosa de un acercamiento social hacia Irán.
El 70% de los habitantes de Bahréin son chiíes como en Irán. Sus enemigos son los sunníes. En Arabia Saudí o en los países del Norte de África la inmensa mayoría de los musulmanes son sunníes. Luego no es complicado entender que los conflictos serán sencillos si otros países ven peligrar sus propios estados y estatus.