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Cuando hablamos de “cambiar el modelo”… ¿a qué nos referimos?

Estaba buscando datos de empresas con la clasificación del CNAE, cuando me he topado con algo que nos debería preocupar a todos en la marcha económica, formativa y social de España.

Las crisis, como revulsivo de todo lo malo, hace desaparecer o disminuir el peso de aquello que nos ha acabado perjudicando, como pueda ser la burbuja inmobiliarias, las obras públicas mastodónticas, etc.

Pero siempre tenemos en mente que el futuro está ahí, y que solucionar un problema presente no debería poner en juego nuestro futuro. Sobre todo porque el contexto dinámico implica que las soluciones son de medio plazo.

Así, hace unos años, cuando la crisis empezaba, antes de que entendiéramos que estábamos en una recesión de balances y antes de que empezáramos a abrazar la austeridad expansiva como un dogma de fe, hablábamos del “modelo productivo”. ¿Os acordáis? “Hay que cambiar el modelo productivo”, decían todos, y se quedaban más anchos que largos.

El problema es no atender para nada el corto plazo, porque en el largo al final todo tiende al equilibrio, además de no entender que los equilibrios son globales y no homogéneos (y por tanto una dinámica puede, aun tendiendo a un equilibrio, perjudicar una zona geográfica, como pueden ser los pueblos a pequeña escala, que se quedan sin gente, o un país a gran escala), no entiende de histéresis, esto es, que el corto plazo afecta al largo (si hay varios equilibrios y elegimos uno en vez de otro por lo que hagamos hoy).

Porque cuando hablamos de “cambiar el modelo”…  ¿a qué nos referimos?

Uno pensaría que a fomentar los sectores de mayor valor añadido a futuro, a saber, la investigación, el desarrollo, la innovación, el conocimiento.

Uno pensaría entonces que el cambio de modelo debería centrarse en hacer estallar la burbuja, aupando en el proceso el resto de sectores para, no solo mantener la actividad económica (y mejorar los datos de empleo, renta, etc.), si no para fomentar la especialización de nuestro país y la competencia en un sector que nos permite ir hacia delante y no hacía atrás.

Fomentar la innovación implica competir hacia delante. Fomentar la asiatificación (bajar salarios para fomentar producción de exportación de cualquier tipo y con cualquier tipo de condiciones laborales) es competir hacia atrás.

En este gráfico podemos ver la evolución de las empresas del sector de la investigación y el desarrollo.
Una enorme masacre realizada en empresas dedicadas a la investigación en ciencias sociales. Para muchos puede no ser importante, para mi muestra claramente el camino que hemos querido tomar. ¿A donde queremos ir?
Miguel Puente Ajovín - Caótica Economía