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Participación y redes sociales, para resolver problemas (1)


El mundo de internet, los blog, las redes sociales, los sistemas nuevos de información social
y a veces política, creemos en 2017 que son un método positivo para multiplicar la información, la acción, que sirve incluso para democratizar la sociedad, los medios de comunicación, las posibilidades de actuar y defenderse ante los abusos y las disfunciones provocadas para ganar, y que tienen y emplean los poderosos escondidos. 

Creo que es un error que voy a intentar aclarar y aclararme. Sabiendo que voy a ir contra corriente. 

Las REDES SOCIALES no son malas, pero pueden ser malas.

La sociedad ha cambiado la activación personal, la presencia, el activismo, la lucha por las ideas y la reflexión, por el individualismo quieto, pasivo.

Es muy normal escribir un artículo sobre política o unas palabras con una crítica en una red, con un contenido entre mediano a bajo, y lograr 100/200 lecturas en un par de días. 

Es habitual, a poco que sepas manejarte por redes, que un pequeño texto en Facebook o en Twitter sea visto por miles de personas en un par de días. Y que ese artículo primero y que no aporta casi nada, haya sido leído en un mes por 500 personas como poco, sin ningún comentario que sirva para el debate. ¿Y a dónde nos lleva todo esto?

En el mismo tiempo, en el hoy, es muy complicado reunir en una sala a más de 30 personas dispuestas a escuchar una conferencia sobre un tema importante dictada por una personas con prestigio. Es muy complejo reunir a más de 100 personas en una manifestación de queja, excepto para temas muy concretos y señalados.

El sistema que controla el poder está muy contento con haber inventado internet. 

Permite —hasta cierto punto— que exista un modo de queja pasivo como internet, para controlarlo pero también como vehículo de desahogo que evita la participación directa de las personas en actividades de otro tipo que no sean estar sentados en su casa, tocando con sus dedos el teclado de la queja pasiva.

La sociedad se informa más que nunca, escribe más que nunca, interactúa más que nunca, tiene más información de la que puede consumir, lee decenas de titulares y ningún cuerpo de texto. 

Pero participa en la vida de su barrio, de su ciudad, de su país, de su sindicato laboral, menos que nunca. 

La sociedad de las redes, la nuestra de hoy, curiosamente no está afiliada a ningún partido político, a ningún sindicato, a ninguna ONG que le solicite algo más que unas monedas. 

Esta sociedad está adaptada a ser pasiva, pero creyéndose que es MUY activa.

Han logrado los poderes escondidos y sin que nos rebeláramos, a que aquello que todos nosotros abrazamos como positivo:, internet y las redes sociales, en realidad haya contribuido a que nos dominara como individuos en pasivo individualista, y desde casa, sin tener demostrar nada más que ruido.

Seguimos creyendo que las redes, que internet, es positivo. Y lo es para movilizar a las personas desde la pasividad de sus hogares.

 Podríamos incluso lograr otro 15M y sacar a la calle a miles de personas. Que…, ¡uff! muy posiblemente se dedicarían a publicar miles y miles de tuits y de imágenes de su presencia pasiva en la calle.

Necesitamos reflexión en conjunto, análisis en grupo, acción de actuar, planteamientos alejados de la simple pasividad de los 140 caracteres. Internet es una herramienta, no un fin.

Necesitamos personas que lideren desde las leyes que haya que modificar, desde las decisiones que tenemos que tomar. No desde el ruido de las redes, desde los comentarios de repulsa. 

Cada vez que un político se dedica a escribir en las redes sociales, se está evitando que escriba reflexiones sobre/hacia dónde debemos ir, y qué tipos de medidas hay que tomar para movilizar a las personas, desde posiciones alejadas al sofá de su casa. 

El fin no es tan sólo comunicar con redes sociales. Pues de hacerlo así, estamos convirtiendo al medio en el protagonista. 

Pero nos queda vacío todo lo demás.  Hablamos escribiendo ruido, pero nada queda. ¿Para qué sirve lo que dijo usted, tú, yo, hace 10 días en una red social? No sirve para nada, se ha perdido enmarañado, tapado por miles de tonterías añadidas.

Tampoco pido (como reflexión) un asalto constante de la calle. Pido la construcción de un sistema que sirva para edificar, no para mirar las obras desde la valla. Creo que nos han convertido en sujetos pasivos de las indignaciones, en sujetos activos de la queja, a los que ya nunca más van a dejar ser activos en algo que sea diferente a la queja pasiva. 

Incluso saben controlar perfectamente la queja activa de las manifestaciones, donde lo único que queda al terminar son unas cifras muy desiguales. 

No queda el mensaje, no se construye un proyecto. 

Queda la eterna pelea entre quien cuenta peor el número de personas. ¿Para qué ha servido mover a la gente? En el siglo XXI, las manifestaciones deben/tienen que ser de otra forma. No estamos en el siglo XIX, donde miles de persoans con banderas, impresionaban.

¿Cuántos de los que se quejan amargamente en las redes sociales, han intentado una entrevista con un político de su barrio, de su ciudad, para plantearle las dudas y quejas? 

¿Cuántos se han planteado afiliarse a un sindicato o a una ONG o a un partido político para trabajar desde dentro? 

¿Saben estas personas que cambiar un sindicato, una asociación, puede ser cuestión de unas pocas decenas de personas que unidas plantean ideas diferentes?

¿Por qué nos parece más importante (y peligroso) el tuit de una persona que insulta, que la opinión de mil personas que opinan, o que el trabajo de campo de una docena de personas que laboran con y por la sociedad, desde el trabajo de calle? 

Ojo, no es lo mismo "de calle" que "en la calle".

¿Alguien se ha percatado que a las reuniones habituales (del tipo a las que yo asisto, donde podrían acudir hasta 77.000 vecinos), en los dos últimos años acuden muchas menos personas que antes, no llegando nunca a más de 3 ó 4 personas ajenas a los que por obligación tenemos que estar? 

Estoy seguro que el número de vecinos, de esos 77.000 teóricos vecinos, que opinan en las redes sociales sobre "mi" barrio y sus problemas, son miles todos los meses. 

Pero al lugar teórico de eficacia para plantear sus problemas, acuden 3 ó 4 en el mejor de los casos. Sí, sí, he dicho 3 ó 4, pues en alguna reunión no viene ninguna persona que no tenga la obligación de acudir.

Ajovín