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Las ratas en las grandes ciudades

Ahora han calculado que en Barcelona hay unas 200.000 ratas de alcantarilla, que visto así no parecen muchas sobre todo si las comparamos con las más de 1.000.000 que dicen habitan en New York, que también os digo, podrían ser muchas más. En la primera visita que hice a New York el año pasado vimos una grande que enseguida dijimos que no era una rata, que era un gato, para no asustar a los turistas que venían con todos nosotros. La mitad no se lo creyeron. Pero en el segundo viaje que hice, pocos meses después y con muchos más días, el trato con las ratas de hotel fue simpático y agradable. El primer día las escuchamos correr por las paredes, y estábamos en un 12 piso. Que no es tanto en New York. Pero no les hicimos más caso, igual no eran ratas, pensamos. Pero como continuaban con sus paseos entre los escondites de las paredes huecas, decidimos jugar con ellas.

No es complicado. En serio. Tu les das golpecitos en donde suenan sus patitas suaves y ellas enseguida se escapan corriendo, pues curiosamente les debemos dar miedo. Cosas de ratas que en realidad eran ratones. Como siempre se escuchaban por la misma zona baja de la pared, a poco que te fijes enseguida ves por donde salen a robarte lo que pueden pillar. Ellas son muy suyas y quieren comer todos los días.

El primer día cometimos la torpeza salvaje de trabajarnos (ahora os explico de qué) el agujero del marco de la puerta, podrido de tanta agua de fregar, y que era por donde debían salir a pasear mientras dormíamos. Trabajarnos decía, de matamoscas en spray que era lo único que llevábamos encima. Sospechábamos antes de viajar de que nos pudieran molestar los mosquitos, pero no las ratas.

Aquello no funcionó y creo que para las ratas era como un vermut nocturno. Así que tapamos el roto del marco de la pared con papel a presión bien embadurnado de matamoscas. Y al menos las amigas debieron elegir otra habitación más fácil y las más de dos semanas nos dejaron en paz. Estoy seguro que vosotros habríais bajado al Conserje a quejaros. pero eso es porque no conocéis la enorme zona de atención al paciente cliente con filas de una hora y las caras de las personas que te atendían. New York es una ciudad maravillosa, os lo aseguro.

Pero ratas vimos, vivas y muertas, en Central Park. El suelo de New York es un cado impresionante para estos animales pues es roca muy dura donde pueden vivir formando colonias inmensas si quieren y las dejan. No es un suelo plano y blando como en muchas ciudades españolas. Y la recogida de basuras en New York es tan fabulosamente caótica, que ellas pueden vivir maravillosamente allí. Y os advierto. New York es fabuloso, es mucho más que el temor a ver unas ratas pues animales hay muchos por los parques incluidas las ardillas que se acercan a comer de tu mano y son como ratas pero con colas levantadas en vez de arrastradas. Y siempre encontrarás a una buena personas que te diga que son gatos, en serio.