Páginas

Sin libertad no somos nada. ¿Tu estarías dispuesto a perder TÚ libertad?


Esta frase dejada en una calle céntrica de Zaragoza indica un grito y exclamación, un aviso vital, de que efectivamente, la libertad se puede perder. Y nos advierte que sin ella ya no somos nada. Realmente es un aviso, la sensación de debilidad que tiene la palabra y el hecho en sí de la LIBERTAD, de que es tremendamente importante, pero a su vez tremendamente débil. Y que tenemos que ir advirtiendo de ello, para cuidarla, para mimarla.

A veces te encuentras a personas que opinan de otra forma. Creen que la libertad en los últimos tiempos se está escapando del control.

Pero si les preguntamos.: —¿Tu estarías dispuesto a perder TÚ libertad?— la respuesta siempre es clara si viene desde dentro y en sincera. A veces intentan engañarnos respondiendo lo que no piensan de verdad.

Muchos piensan que la libertad se puede dosificar, tiene grados, y se equivocan. 

Y muchos son también los que desearían controlar la libertad "de todos los demás" pero no estarían dispuestos a perder la suya. O aducen que ellos no la necesitan, no la utilizan, no quieren más de la que ya tienen. 

Se puede tener libertad o se puede NO tener libertad, no hay término medio al igual que no se puede estar un poquito embarazada. Otra cosa es el uso que cada uno de nosotros hagamos de lo que nos creemos que es libertad, y es simplemente falta de respeto, de civismo o de respetar las leyes y normas. Pero para eso ya hay Códigos y Leyes.