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Menos reuniones presenciales y más innovación

Ayer en Zaragoza se tuvo que realizar una reunión de trabajo entre un técnico político de Chile, un asesor político español que estaba en San Petersburgo y un economista que estaba en Zaragoza. Y esto es real. Como es lógico suponer se hizo a través de internet, de forma perfecta y mirándose las tres personas a los ojos, mientras una persona estaba esperando cambiar de aviones entre ciudades argentinas, otra persona había salido de sus clases en la Universidad y la otra acababa de haber tenido una reunión con técnicos rusos.

Es un ejemplo de hasta donde las nuevas tecnologías pueden ayudar a simplificar los contactos y sobre todo a poderlos lograr con muchos menos costes, más plurales y mucho más eficaces. Los problemas o asuntos que se plantearon en esa reunión se resolvieron a medias, lo que sin duda supondrá otra reunión de igual calado. E igual precio y facilidad.

En algunos organismos de muy variada gestión, seguimos llenando las agendas de reuniones presenciales, lo que supone un coste excesivo y sobre todo un ajuste de los tiempos que a veces lleva a una presencia menor a la deseada. Las técnicas hoy permiten muchas más opciones, sin suprimir cuando sea necesario los contactos presenciales y personales, para mantener las relaciones humanas.

La productividad tiene cada vez más en sus manos, herramientas que todavía empleamos poco. O al menos, no siempre empleamos en según qué tipo de gestión o de organización. Hacer reuniones por Skype no supone no hacerlas de forma presencial aunque sea para tomarse unos cafés y recordar la rápido que se resolvió aquella duda, al poder hablar con Amsterdam mientras nos mirábamos a los ojos los cuatro integrantes de la reunión.