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Julio Anguita nos muestra un camino poco explorado. El sentido común

Vamos a leer unas líneas de Julio Anguita. Uno de los pocos políticos con "escuela" que sabe hablar con pedagogía política y que no tuerce su discurso ni antes las crisis de todo tipo. Un señor del que se puede aprender, discrepar, oponerse o remirar. Pero siempre escuchar pues su sentido común en poco común y con mucho sentido
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Pregunta.: Usted ahonda en la idea de que sólo con la izquierda no se puede. ¿A qué se refiere?

Evidentemente no. La izquierda y la derecha existen. Se podría discutir mucho dónde está cada uno, pero ese sería otro debate. Hay una izquierda que es consciente de que existe, otra que cree que es izquierda y no lo es, y después hay una inmensa cantidad de gente que ve la política como algo extraño porque nadie le ha explicado que la política es cuánto valen los garbanzos, qué salario tiene, etc. 

Esa inmensa masa que a veces no sale en manifestaciones, que constituye la mayoría silenciosa, esa es la que va a cambiar esto. Sin esa no se cambia. Los de la izquierda podemos hacer veinte manifestaciones al día, agitar cuarenta banderas republicanas, hacer no sé cuántos panfletos, todo muy bonito, nos quedamos muy bien. Pues con eso no nos comemos una rosca.

El problema lo cambian las mayorías y hasta que no consigamos arrastrar a esa gente porque le hayamos explicado como resuelve sus problemas no ganamos. Porque esa gente mientras tanto se queda en su casa y gana Rajoy. Y hay que conseguir que esa gente se pase esta parte de la trinchera.

 No hay que ocultar intenciones, hay que cambiar lenguajes, simplemente hay que hacer un lenguaje didáctico porque la política es didáctica. En vez de alzar la voz y decir ‘¡El neoliberalismo...!' ¡Fuera esa palabra, fuera lo de la oligarquía! Somos una izquierda muy dada a contar parábolas. Eso lo podemos usar en un debate académico de la izquierda pero hay que mandar fuera ese lenguaje. Se necesitan palabras concretas. Es decir, hace falta Sócrates, tres millones de Sócrates en este país y entonces lo cambiamos. Hay que explicarle a la gente y hablar con ella, esa es la idea que inspira al Frente Cívico.

Yo tengo un hijo con treinta y cuatro y está parado. Brillante estudiante, con un expediente académico buenísimo y parado. Parados hay con su edad ni le cuento. Lanzo una pregunta: ¿Cuándo van a cobrar una pensión esta gente? Nunca. Conclusión: un 67% de la juventud actual serán parados que dependerán de la beneficencia o de una sociedad tipo Edad Media, con mendigos, leprosos... Eso sí, con discotecas y esas cosas. Pues bien, eso es lo que nos espera.

Estamos llegando no digo a la esclavitud de derechos, pero casi. Dentro de poco la gente va a trabajar por poco más que la comida, ya en muchos sitios está ocurriendo. Claro, ¿qué opinan de esto los sindicatos?, ¿qué opinan las fuerzas políticas?, ¿qué opinan los pensadores y los formadores de opinión?, ¿no han atisbado una prospectiva a 15 años? Todo es susceptible de degradarse más porque funciona la economía sumergida, porque funciona la solidaridad familiar, porque funciona la capacidad de adaptarse de mil y una maneras, porque como Roma, tenemos fútbol y otras cosas.

Julio Anguita.