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Escribimos para los lectores de blog. Pero además por que nos gusta

Uno escribe para ser leído, aunque también para sentirse bien, para sacar lo que lleva dentro, para compartir.
Pero escribir y ser leído son dos cosas bien distintas. O se escribe con sentido del humor, con calidad, con conocimiento antes reconocido, sobre asuntos novedosos; o es imposible tener lectores.
Así que en realidad escribimos muchos de nosotros para sentirnos bien y si además encontramos buenas personas que nos leen, miel sobre hojuelas.
Somos tantos los que escribimos en Internet, que tener visitas en un blog es maravilloso a la vez que complicado. Aunque sean pocas. Este tonto servidor no se queja, pues entre sus blog llega a las 1000 visitas día, que creo es una maravilla increíble. Pero bueno, poco a poco y tocando varios palos temáticos, lo que hace que sea más sencillo llegar a más gente muy diferente.
Pero el pequeño éxito no sabría explicarlo. Hay blog que considero “tontos” con un número de visitas superior al de otros blog más sesudos. Y lo más curioso. Algunos de una temática muy similar se encuentran en diferente posición y con un número de visitas muy distinta. No sabría decir los motivos por los que uno tiene más visitas que el otro, lo cual fastidia un riñón pues las entradas son casi aleatorias.
Es cierto que la persistencia, el trabajo casi diario, el tiempo (años mejor que meses) que lleva abierto un portal, juegan a favor de estar mejor posicionados en los buscadores, pero también lo es que hay centenares de consejos por Internet para posicionarse mejor, y casi todo el mundo los conoce y los emplea, lo que los convierte en papel mojado. O incluso peor, un filtro tremendo para quien no los emplea.
Mi opinión al respecto es muy sencilla; nada es eterno e incluso los consejos se vuelven viejos enseguida. Hay que persistir, y escribir sin parar. Si no te gusta escribir no sé que haces escribiendo. Pero si te gusta escribir no será ningún sacrificio sino un gozo. Y estar atentos pues en pocos años las cosas habrán cambiado, nadie sabe ahora hacia donde.