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O creemos en el talento digital, o este dejará de creer en nosotros

El “talento digital” puede sonar a una nueva tontería de moda, pero en realidad es una adaptación a una herramienta que vino para quedarse y que TODOS debemos conocer muy bien, tanto personalmente como desde las organizaciones de todo tipo que desde dentro de las empresas tienen que navegar en la realidad de los mercados, de su competencia, de sus proveedores. No sólo hay que creer en el talento digital, no sólo hay que potenciarlo, sino sobre todo debemos aprender cada uno de nosotros que si tenemos dudas, lo primero y fundamental es “curarnos” esas dudas pues aquí no cabe pensar que NO.

Esa capacidad “digital” que ya tenemos dentro de nuestra organización hay que potenciarla. Hay también que educarla pues los cambios son constantes y muy rápidos. hay que adaptarla a lo que en cada momento necesita nuestra organización, que depende de su gremio, del tipo de actividad y sobre todo del tipo de RRHH del que dispongamos.

Una primera decisión desde la empresa será qué nuevos puestos tendremos que crear en la organización y además cuáles de los ya existentes necesitan una clara redefinición y adaptación constante a los cambios. Como además estamos hablando de un sector en cambio constante, tendremos que definir ya de entrada estos cambios, esas actualizaciones pero también esos premios necesarios para además de crear la implicación, saber mantenerlas en el tiempo. La formación será continua y muchas veces desde el propio hogar de nuestros colaboradores y fuera de su tiempo laboral establecido como habitual. Y eso necesita recompensa si deseamos que se mantenga. Y la recompensa nunca debe ser sólo en forma de emolumentos líquidos, lo que nos obliga a ser audaces y capaces de motivar con diversos métodos.

En las “nuevas” empresas necesitamos líderes digitales desde dentro de la empresa. Con capacidad para hablar y escribir con libertad, de equivocarse desde la libertad. Y como deseamos que haya pocas equivocaciones, debemos elegir bien y evitar antes de que se produzcan. Después siempre salen mucho más caras. Tenemos que diseñar las competencias digitales nuevas, pero antes debemos saber en qué punto nos encontramos y hasta donde queremos llegar. Hay que contar primero con las personas de nuestro grupo de trabajo, pues ya conocen la empresa y sus posibilidades y necesidades reales. Y debemos diseñar qué tipo de “talento digital” deseamos sacar fuera de la empresa desdde gentes de dentro de la empresa y a través de toda forma posible de comunicación digital.