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Resolver conflictos en RRHH no es sencillo. Pero es necesario

A veces nos toca resolver conflictos en nuestro trabajo como responsables de equipos o de RRHH. Nunca es sencillo, y además siempre es peligroso. Si cuando se intenta mediar no se logra un éxito, una solución, lo que sucede es que todo va a peor. Así que la obligación de resolver cuando se media es imprescindible y casi obligatoria.

Para empezar a resolver un conflicto entre personas hay algo fundamental, básico, obligado. “HAY QUE HABLAR”. 

Hablar personalmente, dando la cara, mirando a los ojos, con calma y sentados. Hay que hacerse responsable del problema y hacer responsable del mismo a las partes implicadas. Con calma, sin acusaciones, con responsabilidad.

UN problema entre personas NUNCA se evita ni se resuelve dejando que sea el tiempo el que actúe. Podemos pensar que sí, pero es falso, a lo sumo se aparca, se orilla un tiempo. Pero siempre necesita un tratamiento, como poco una mediación y siempre un cara a cara.

Hay que escuchar a todas las partes. A TODAS. Pero no por educación o para disimular. Es imprescindible para encontrar una solución, saber TODO lo sucedido, aunque de entrada sea muy sencilla separar el polvo de la paja, o saber quién tiene más o menos razones. Escuchemos a todos, y escuchemos todo.

Nunca lograremos que todas las partes entiendan todo de todas las demás partes. A lo sumo podemos lograr que las partes entiendan parte de lo que dicen las otras partes. No es un trabalenguas, aunque lo parezca. Es un signo de que a veces los problemas parecen irresolubles, y hay que ir tirando del hilo hasta desatascarlos.

Los problemas, el mismo problema, lo verá cada parte de una forma diferente. Y además siempre para su beneficio, para sus razones. El trabajo de solución se basa en plantear las opciones de futuro a que nos lleva el conflicto si no se logra resolver. 

No se trata de lograr que aquello no haya sucedido, es imposible, se trata de convivir con el problema y de esa manera sí que lograremos que el tiempo actúe a favor de la solución. Hay que plantear lo positivo para cada parte de resolver el problema. Lo que cada uno gana si aquello logramos desactivarlo. Y lo que se pierde en el conjunto superior si seguimos atados al conflicto. Por cierto: ¡¡Suerte!!