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En torno a 400 grupos de delincuencia organizada operan en España

Informes policiales de la Unidad Central de Inteligencia Criminal del Cuerpo Nacional de Policía cuantifican en cerca de 400 el número de grupos de delincuencia organizada de alto, medio y bajo nivel, según las clasificaciones de INTERPOL, que se han detectado en España en los últimos años, pertenecientes a 35 nacionalidades y cuya actividad –según los mismos informes– podría extenderse a unas 40 de modalidades delictivas. 
Según la ONU, España se encuentra entre los 10 destinos favoritos de estas mafias. Europol también afirma que la cuarta parte de todas las redes criminales organizadas que actúan en Europa están asentadas en España Una realidad denunciada tanto por la UDYCO (Unidad Delincuencia y Crimen Organizado), el CNI, el OGD de París (Observatorio Geopolítico de la Droga ) el BND (inteligencia federal alemana), la DIA (Departamento Italiano Antimafia) y la INTERPOL. 
El ranking del crimen en España, en cuanto a número de miembros y organizaciones, está encabezado primero por las mafias españolas, después rumanos, colombianos, marroquíes y franceses, nigerianos y rusos. Sólo en la Costa del Sol se tiene fichado como residentes a 18.000 delincuentes, aunque fuentes policiales afirman que el número es muy superior, ya que "es muy difícil saber quiénes lo son y quiénes no, al no tener muchos de ellos antecedentes policiales". 
La policía española calcula en 400 el número de sicarios de la Triada China en España, los servicios secretos británicos estiman en 1.000 los matones chinos en nuestra tierra. Uno de cada cien chinos residentes en Europa pertenece a la Triada. En España opera la familia de los 14 Kilates, con sede en Ámsterdam. El FBI las considera una verdadera amenaza para Europa. Es el grupo mafioso más cerrado del mundo, al que es prácticamente imposible colocarle agentes infiltrados.
Se dedican al tráfico ilegal de personas, falsificación de tarjetas de crédito, talleres clandestinos, venta y distribución de todo tipo de productos, prostitución, clínicas ilegales, etc… La Policía tiene auténticos problemas para investigarlos, por su hermetismo y los dialectos que utilizan para comunicarse entre ellos, lo que les convierte en un colectivo inaccesible.