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Comunicar en política con marcos mentales es sencillo y fácil

La derecha española, siguiendo la tradición de la mundial ha aprendido perfectamente a comunicar muy bien a través de marcos sencillos que calan en la sociedad de manera rápida, para quedarse en el subconsciente. Como ejemplos: “La herencia recibida”, “son despilfarradores”, “tenemos que venir nosotros a corregir”, “perroflautas”, “tripartito”.

Estos sencillos ejemplos son los que logran enmarcar de manera rápida y con la dirección por ellos deseada, cada situación que como crítica quieren comunicar. No saben comunicar así sus acciones de gobierno, pero han aprendido a comunicar con marcos rápidos lo que la izquierda o sus adversarios hacen presumiblemente mal.

La izquierda por ejemplo no comunica construyendo marcos mentales que sirvan para adjetivar las acciones de la derecha. Ahora lo tendría fácil, pero ni aun así es consciente de la importancia que tiene enmarcar las críticas con frases o adjetivos sencillos, para su beneficio aunque fuera como defensa hacia lo que sí hace la derecha. Pongo por ejemplo “incapaces”, “miedosos”, “escondidos”, “amigos de la iglesia”, “súbditos de Alemania”, "gafes", como ejemplos rápidos y no muy acertados en algunos casos.

El éxito de un marco está en saberlo elegir y en decirlo en el momento adecuado, para luego ser repetido simplemente dos o tres veces por diversas personas en momentos de trascendencia con los medios. A partir de ese momento si se ha realizado bien anda solo y se trasmite viralmente.

La izquierda se preocupa más en explicar que no es cierto el marco impuesto por la derecha, que en construir otros marcos contra la derecha como defensa. Se explica que el tripartito no es malo, que nunca han sido despilfarradores, que ellos no han subido los impuestos, que garantizaban mejor que nadie las pensiones, pero estas explicaciones suelen ser largas y técnicas, y no quedan ancladas en el pensamiento colectivo. Cuando una acción política requiere más de un minuto de explicación, la sociedad se piensa que es falacia, falsa, mentirosa, un juego de cubiletes para engañar. ¿He dicho un minuto?, quería decir 15 segundos.