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Los jóvenes nos hablan de su formación laboral

¿Qué piensan los jóvenes españoles sobre la formación que reciben, y su incidencia sobre el empleo posterior? 

Esta pregunta que admite una respuesta rápida y sencilla —es mala, o al menos insuficiente— también es interesante para escucharles a ellos, que son los que se tienen que patear la calle buscando su futuro, para saber qué se encuentran a la hora de poner en valor la formación recibida.

Se habla de algo que en este blog (o en otros del mismo autor) hemos escrito mucho desde hace excesivos años. 

Las Universidades y las Escuelas de Formación Profesional deberían realizar más integración, más trabajos conjuntos, más sinergias entre profesores y profesionales de empresas.

Hablan de que las empresas solo realizan formación para los trabajadores que a ellas les interesa. 

Y esto es verdad. Tanta verdad, que para eso deben estar los sistemas públicos de formación de calidad. 

Las empresas buscan “su” beneficio, aunque a veces sea de forma equivocada. 

Y debe ser la sociedad la que busque el beneficio de ella misma, con programas y leyes que sirvan para crear unos ciudadanos más formados y útiles ante el mundo laboral del futuro.

La formación va unida a la economía de una sociedad, a su capacidad de caminar hacia la excelencia como Estado válido. 

La formación debe ser constante, válida, actualizada y de gran calidad. Y para ello nunca debe ser obsoleta o anquilosada y quieta. 

NO hay que cambiar leyes, ni métodos que ayuden a alcanzar la meta fijada, pero sin duda hay que cambian constantemente contenidos y formas.