Veía a muchos escritores que contaban historias maravillosas y grandes proyectos en los cafés, pero no pasaban del café.
Entonces me di cuenta que la disciplina era fundamental, que había que sentarse a trabajar, que los libros no se escriben solos y que hay que tener un método de disciplina para escribir, lo cual excluía un culto a la inspiración.
Yo no creo en la inspiración.
Oscar Wilde decía: el trabajo literario es 90% nalgas y 10% inspiración. Es sentarse a trabajar. Esperar la inspiración es esperar lo que nunca va a suceder.
Pero hay mucha gente que está esperando la inspiración y ni escribe ni hace nada.
Yo no creo en la inspiración.
Oscar Wilde decía: el trabajo literario es 90% nalgas y 10% inspiración. Es sentarse a trabajar. Esperar la inspiración es esperar lo que nunca va a suceder.
Pero hay mucha gente que está esperando la inspiración y ni escribe ni hace nada.
De la revista Psichologies, número 33