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Cómo empieza un guión cinematográfico (Siete mesas de billar francés)

El guión nace de la necesidad de contar, ese es mi oficio. Siempre empiezo trabajando con apuntes mínimos. Esta idea me surgió en un viaje en tren Alicante Madrid.
Tres mujeres, de pronto, se ven obligadas a levantar un negocio ruinoso. Pero esto puede ser un guión o cien distintos. Y a partir, de ahí, empecé a trabajar durante 10 intensos meses dedicados exclusivamente a escribir.
Sin pretenderlo me doy cuenta de que son tres personajes vivos y uno muerto. El muerto es como el taco que golpea a los tres personajes vivos y estos son las tres bolas del billar francés que se van sacudiendo entre ellas. Aparece la muerte, los recuerdos, el pasado, la proyección hacia el futuro.
Una se plantea si al espectador esto le aburre, pero no puede estar reprimiendo aquello que le sale de dentro para contar. Lo importante es si el espectador es capaz de seguir esta historia hasta el final y si esta historia le conmueve y le entretiene. Trato de contrarrestar esa tendencia a pensar que según en qué situaciones, no somos capaces de salir, de avanzar. Por eso siempre procuro buscar un final abierto para los personajes, no un final feliz exactamente, pero si un final con posibilidades, quizá es que tenga esa necesidad inconsciente de sacar del atolladero, de ayudar, a los personajes, para colocarlos en situaciones más prometedoras.
Gracia Querejeta, directora de “Siete mesas de billar francés”