Mi santa esposa
me dijo ayer que me estoy quedando sin culo, una de las peores cosas que se le
pueden decir a un hombre de cierta edad, por dios. Lo malo no es que me esté
quedando sin culo, algo que tendríamos que estudiar y defender, sino que para
mi se me está trasladando hacia delante. Ahora me está creciendo la barriga que
es una forma de culo pero sin raja en medio. Efectivamente ya me han dicho que
si crece mucho la tripa se producirán rajas horizontales en vez de verticales,
pero antes debo recuperar mi culo anterior que era un lujo para un hombre más
bien feo y con pocas posibilidades.
Los hombres venimos
con poco culo de fábrica y no es cuestión de darse cremas o darse masajes, pues
no funciona bien. Creo. Solo queda cuidar el culo que te pusieron de fábrica,
pero nadie te explica cómo. Yo ya miré en internet, por Google. Puse: “cómo
cuidarte para que el culo no te mengüe”, pero no hay entradas serias.
Así que uno,
que tenía el culo justo para fardar, cuando recibe la noticia de que lo está
perdiendo, se asusta. Es como cuando te das cuenta de que el pelo de la cabeza se
te va sin avisar, hasta trasladarse a otras zonas más molestas y menos
visibles. Un coñazo, oiga.
Lo del culo
me preocupa por el tamaño pero sobre todo por el motivo real. Yo no le he dicho
nada a mi santa para no perder más autoestima; para mi no es que haya decrecido
el culo, para mi es que se ha caído de posición, se ha vuelto flácido que es la
peor manera de perder algo. Una cosa lacia, blanda, ya no tiene sentido, igual
me lo quito, fíjate. Para tener un culo fofo casi mejor no tenerlo. ¿Se puede
vivir sin culo?
Tanto me
preocupa este problemas que os lo cuento para desahogarme, a partir de ahora estaré
siempre sentado en el sillón para que no se note la pérdida. ¿Y si lo he
perdido de estar tanto tiempo sentado en sitios blandos? Efectivamente, el culo de la imagen no es el mío. El propio está mucho peor.