“Si cerráis la puerta a todos los errores, la verdad se os quedará fuera”
La vida está llena de fracasos, pero curiosamente no en todos los países se entiende igual la capacidad que tiene un fracaso para aprender, para crecer o para hundirte. En algunos países un fracaso significa un intento del que se aprende, una osadía de la que se sale fortalecido. En otros supone la demostración de una incapacidad.
La verdad es que un fracaso nunca debe representar la huida. Un fracaso es la puerta por la que se entra en la siguiente oportunidad o al menos la ventana por la que debe entrar aire nuevo y renovado.