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Haz una pausa y cierra los ojos para observar y aceptar

Haz una pausa de un solo minuto y siéntate. Deja ya de intentar controlar todo y cierra los ojos. 

No manipules lo que piensas, conviértete en observador y permite que todo sea como es, como tiene que ser. 

Cuando el pensamiento y el juicio se retira aparecen la aceptación de lo que hay y la entrega. 

Se abre el camino que nos lleva a nosotros mismos, al Jardín Espiritual. 

Emprende el viaje más apasionante, el que te lleva al centro de ti mismo.  

Basado en palabras de Sabina Blasco.