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El problema de los trabajadores columna en las empresas

Casi nada hace mas daño a las organizaciones, a las empresas, que los trabajadores o colaboradores llamados “columna”, esas personas que ya quemadas son simples columnas que no hacen nada que no sea lo mínimo indicado en su hoja de ruta laboral. 

No se implican, no colaboran, no piensan, no rinden a diferente velocidad según el momento, no avisan, no hablan. Están como congelados esperando no destacar en nada. Quieren pasar desapercibidos.

La realidad laboral del momento ha hecho que estos trabajadores aumenten. Y es uno de los principales motivos de nuestra baja productividad aunque le dediquemos muchas más horas de trabajo que en otros países. 

Son puestos de trabajo mecánicos, mal ejercitados, llenos de ausencias de todo tipo, sean de minutos o de semanas, bajas laborales, conflictos, problemas. 

Y siempre terminan igual, con el despido y la vuelta a los mismos errores por intentar contratar a personas en la mismas condiciones.

Suelen ser trabajadores que proceden de las ETT, pero también colaboradores de la empresa a los que hemos quemado por diversos motivos, gente a la que hemos contratado en prácticas y los hemos olvidado en un rincón con unas perspectivas no cumplicas, gente a la que no hemos formado y que nos conformamos con que sean meros ejecutores de órdenes repetitivas, trabajadores que vuelan de un oficio a otro según momentos, trabajadores a distancia sin implicación, personas que han avanzado de edad y no hemos sabido entender su anterior implicación y la disposición según la edad física o mental, etc.

El que sale perdiendo es el trabajador, pero a continuación es la empresa y finalmente la economía de la sociedad. 

La vitalidad de las organizaciones productivas depende de sus integrantes. De todos ellos. 

Quien piense que estos casos solo se dan en peones o puestos de trabajo de bajo nivel se equivoca. Lo grave es que abunda en puestos de trabajo de medio perfil pero también de perfil alto. 

Efectivamente en estos puestos el trabajador ya sabe disimular, disfrazarse, regatear la pelota. Pero la implicación es la misma. Mucho menor a la deseada, en tiempo y sobre todo en calidad.

Una persona “columna” es además un mal ejemplo para la organización pues tiende a contagiar su problema. Sirve de espejo a los demás. 

Y si la solución es el despido la realidad es que se vuelve contra toda la organización pues es en ese momento cuando más se ven en el espejo una parte importante de todos los integrantes. Sobre todo si es una persona con muchos años en la empresa.

¿Soluciones para revertir la situación de los trabajadores “columna”? 

Lo fundamental es detectarlos, pues no siempre es fácil, aunque parezca lo contrario. Los listos de niveles intermedios y altos, son muy listos para disimular.

Luego sin duda hablar con ellos y ser serios. Analizar sus razones, que las tiene aunque no las compartamos y a partir de un estudio con sentido común ver de revertir la situación con cambios en su puesto de trabajo, en las relaciones con el equipo, etc. 

Pero nunca a cambio de nada. Siempre debe haber cambios y contraprestaciones desde ambos lados. 

La empresa modifica sus realidades pero a cambio se avisa de que se van a medir las nuevas realidades y si los cambios no satisfacen a ambas partes hay que tomar una decisión quirúrgica.

Lo importante es implicar a todas las partes en la realidad. Incluidos los sindicatos si fuera necesario.