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Para qué sirven las ciudades inteligentes?

El futuro de las ciudades pasa por su gestión digital, por el uso de las nuevas tecnologías por parte de todos sus habitantes, incluidos los de mayor edad o de menos conocimientos tecnológicos. En breve veremos que el uso de las tecnologías basadas en redes que se comunican será imprescindible y el analfabetismo digital será una lacra que debemos evitar. No puede haber distintas velocidades entre barrios, entre ciudades, entre distintos tipos de sociedades

Os voy a poner un ejemplo sencillo. Hoy están más preparados tecnológicamente los vendedores de los mercadillos ambulantes que una parte importante de sus potenciales clientes. Eso es ilógico para todas las partes.

Cuando hablamos de ciudades inteligentes siempre pensamos en primer lugar en el trabajo de las administraciones y no de la capacidad de las personas para usar las facilidades de estos sistemas. No solo son útiles para el tráfico o la seguridad. Hoy no es necesario (excepto que no se desee implantar sistemas que ya existen) esperar a que tu médico te confirme los resultados de un análisis, que desconozcas en qué lugar cercano a tu domicilio venden carne de caballo, que sepas si tu pedido está todavía en Málaga o en el repartidor, o que no sepas si te han concedido una ayuda o contrato si antes no acudes presencialmente a un despacho.

Las ciudades inteligentes deben dar información constante y completa de “todo” pero claro, antes debe existir un protocolo de información y una formación de los habitantes para su uso. Es posible que en breve ya no se pueda pagar en efectivo muchos de los pagos pequeños. Ya no se pueden pagar los grandes. El uso de diversas tarjetas o de una pero unificada, permitirá viajar en los diferentes servicios de transportes urbanos de varias ciudades, pagar las farmacias o recargar diversas aplicaciones familiares.

Será posible llamar a los servicios de emergencia con un simple pulsador de tu App donde quede reflejado el lugar de incidente, el minuto y el tipo de problema. Sabrás el número de visitantes en un momento dado de un museo o un espectáculo. Y todo con la misma facilidad con la que hoy puedes ya saber los niveles de contaminación de distintas zonas de tu ciudad, el tiempo en el que llegará tu próximo autobús urbano o la temperatura de tu ciudad dentro de 10 días.

A todo ello se tienen que implicar más procesos participativos en ambas direcciones, para que desde todos los niveles sea posible una mejor atención y una más barata mejora de los procesos. La información es muy válida para mejorar procesos, para crearlos y lograr que crezcan de forma sostenible económicamente. Y debe existir un sistema de control de esa información, para que no se haga un uso bastardo de la misma y para que todos los implicados creamos en ella. Y para eso lo mejor es información, información e información creíble.