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Hablar con nosotros es también escucharnos

Creo que todos nosotros hablamos con nosotros mismos todos los días. Es un ejercicio maravilloso para resolver duras y para conocernos mejor. Pero hablar con nuestro interior, hablarnos con nosotros…, debe tener el valor añadido de escucharnos.

Cuando tu hables contigo, te estás hablando de forma bidireccional. Te hablas, te escuchas y te respondes, todo en uno. Y hay que escucharse pues a veces nos decimos cosas muy interesantes.

En la vida hay que estar cambiando cosas constantemente, y las que tenemos más sencilla de cambiar son precisamente “nuestras” cosas. Y esas emociones negativas que nosotros mismos nos decimos a nosotros mismos…, pues tal vez haya que escucharlas algo mejor y analizarlas con calma.

El camino de la vida te lo marcas tú mismo, lo construyes mientras andas, pero tú eliges el camino, la velocidad, las mochilas, la fuerza. Para sentirte satisfecho con tu camino debes tener claro hacia dónde quieres ir, qué metas has elegido, con qué quieres seguir caminando. Con qué y con quien.

Si eres feliz serás agradecido con el camino y lo serás contigo mismo. Vivirás más con tus decisiones, entenderás mejor las diferencias con el resto de caminantes, serás más tolerante con las dificultades.

Solo se vive el presente pues el pasado ya nunca puede volver a pisarse y sin duda el futuro tampoco lo pisarás nunca. Así que agárrate a este camino del ahora y con todas tus mochilas no te preocupes mucho por el futuro, sino por la meta que te han planteado. Y aprende a sortear los charcos y las piedras sueltas. No te vayas a caer antes de llegar.