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Álex Angulo venía a Zaragoza a rodar Bendita Calamidad, novela de Miguel Mena

A Álex Angulo lo encontré en mi televisión cuando hacía de jefe en la serie Periodistas y me encantó con sus formas, sus miradas, sus gestos. Era un actor de carácter que podía pasar del cabreo a la sonrisa con una simple mirada. Ayer me sacudieron con un mal recuerdo pues su muerte es parecida a un accidente propio que tuve en esa misma carretera hace cuatro años y de la que hablaba la semana pasada. A veces parece que en algunos lugares existen fantasmas y ponen zancadillas. Malditos destinos sin preguntar nunca, malditos momentos negros que apagan la luz.
Contra la muerte no podemos hacer otra casa que admitirla sin intentar entenderla. Ucrania o Gaza nos llevan a las muertes inútiles como todas, a las absurdas, a las sin sentido. Pero la muerte es la vida, forma parte de la vida.