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El futuro de España no lo escribirá Zapatero, lo harán los universitarios que no se vayan

Que Zapatero está acabado políticamente es sabido y publicado, lo malo es no saber cómo y cuando se dará el portazo, más que nada por ir recogiendo ya los heridos y los derrumbes. Dicen los mal escribidores que Felipe y Solana están detrás del intento de recambio, porque saben que sin hacer nada y tras unas próximas elecciones sin recambio ideológico, el debacle será inmenso, tanto, que pueden peligrar durante décadas la vuelta de la izquierda llamada socialista al gobierno.
Pero lo serio es saber cómo va a quedar España tras estos años de “grisura” política. El gran reto no será el ascenso del PP al poder, que ya es inevitable y no ofrece garantías ni tan siquiera de ilusionar a sus correligionarios, sino saber cómo saldremos de esta y a qué precio, sobre todo para los trabajadores y la clase media.
La izquierda mundial, ante esta crisis económica y sistémica no ha sido (no hemos sido) capaces de ofrecer alternativas válidas o creíbles. Y eso es grave para la izquierda pues tenía la obligación al menos moral y lógica de presentar sus alternativas a un capitalismos salvaje y de laboratorio que se ha comida la libertad y el bienestar. Pero no se han escuchado ideas nuevas, tal vez porque falten líderes, tal vez porque no las haya cuando todo está hundido.
Pero es que tampoco se escuchan alternativas en España a un cambio profundo de la educación y formación profesional continua y esto debería ser más sencillo de plantear. Ambigüedades, deseos, pero ninguna alternativa seria y bien estructurada. Sabemos a donde queremos ir, pero no somos capaces de diseñar el camino nuevo pues el viejo ya está demostrado que ofrece unos resultados muy pobres.
Son años grises, apagados, sin ideas ni profesionales capaces de generar ilusión colectiva y lo vamos a pagar más caro de lo lógico precisamente por esa falta de calidad humana. Los países que sepan valorar y llevarse a los recursos humanos en innovación de otros países, crecerán y se auparán sobre el resto. En España exportamos universitarios y eso es grave. Aunque lo grave es que no sepamos parar esa sangría.