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Cómo tomar la medicacion si tenemos edad avanzada o hay problema económicos

La mayoría de los enfermos crónicos que tenemos que tomar mucha medicación cada día son personas de edad avanzada y por ello personas con más complicaciones para poder controlar que se toma bien todas las dosis recetadas. Si a eso sumamos que nuestros cuerpos de más edad ya no funcionan igual de bien, que nuestro hígado no absorbe igual o nuestra forma de limpiar el cuerpo internamente es más lento o irregular, las cosas se complican, aunque sin duda el trabajo de los médicos de familia suele ser exquisito y tiene todo esto muy en cuenta al recetar. Pero ¿tomamos nosotros bien los medicamentos?

Siempre, repetimos, SIEMPRE hay que tomar la medicación con arreglo a lo que índica el médico que las receta. Y si hay duda consultar con él. Si ya está mejor el enfermo o si cree que no le está haciendo nada el medicamento, debemos acudir al médico y hablarlo con él. Nunca modifiquemos las dosis del medicamento por nuestra experiencia o por las opiniones de personas ajenas a nuestro médico.

Tengamos siempre a mano una lista con los medicamentos que tomamos y las dosis recetadas. Es normal que con el tiempo se vayan olvidando las dosis, se tengan dudas, nos olvidemos de alguna indicación. Por eso es bueno tener apuntado y al día lo que nos han recetado. La receta electrónica —donde exista— en un buen referente. Además si nos tienen que ingresar o si vamos de viaje es bueno tener la lista a mano.

Mucho cuidado con tomar alcohol, sobre todo fuerte, si tomamos también medicación. Debe saber el médico qué tomamos para realizar la receta ajustada y personalizada. El alcohol interactúa con muchos medicamentos y cambia su eficacia, o la disminuye o la aumenta.

Si nosotros no podemos pagar un medicamento por problemas económicos, NUNCA dejemos de tomarlo. Lo debemos hablar con nuestro médico de familia para que nos indique soluciones —que la hay– a este problema tan actual. Nos pueden recetar algo igual pero más barato o nos pueden remitir a organismos públicos o privados donde nos ayudarán a sufragar el medicamento. Lo peor es no tomarlo y siempre hay soluciones en nuestros mismos barrios.