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El Rey exigió a Rajoy más contundencia


Ayer el Rey dió un Golpe de Mesa televisivo y advirtió de forma solemne y muy seria lo que debe hacer el Estado, es decir, el Gobierno, para resolver el problema de Cataluña. Fue una patada en la entrepierna a Mariano Rajoy, para presionar y allanarle un camino que no quiere tomar. Es decir, el Rey se metió en política, para salvar la España monárquica en contra de la España republicana.

Lo que parecía una intervención sobre Cataluña se zanjó sin apelación a dialogar, sin nombrar soluciones políticas, cuando en realidad es un  problema social y político. Demostró que está convencido de que estos problemas se resuelven con las leyes, la justicia y el orden público. Yo pensé en ese momento que mi apreciación de que estábamos en el siglo XXI era un error. 

En estos momentos toda la sociedad necesita recuperar esa calma social que ya hemos roto incluso en los pueblos más pequeños de Huelva, por elegir el sitio más alejado de Cataluña en la Península. ¿Sirvió su intervención para avanzar unos milímetros hacia las soluciones necesarias y posibles?

El cuadro teatral de su espalda con un Rey Carlos con la porra en la mano pudo ser casual (retrato de Carlos III pintado por Anton Raphael Mengs), pero un elemento más para dudar. ¿Era necesaria su intervención en televisión y no la de Mariano Rajoy que es quien en teoría gobierna, para decirnos a todos los españoles que las autoridades catalanes se están pasando de la raya?

Los catalanes no le escucharon, era un mensaje dirigidos al resto de españoles. Y aquí hubo división de opiniones y grandes dudas sobre su oportunidad. El momento es muy grave. Muy grave, repito. Y las intervenciones y decisiones hay que saberlas tomar, si lo que queremos es resolver algo y no estropearlo aún más. Son tantos años de errores con el problema, que se nos ha olvidado mirarlo de frente. ¿Sirvió para avanzar unos milímetros hacia las soluciones?