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No sabía qué ponerme…, y me puse feliz

Las frases ya envasadas, hechas por otros, comerciales y simples, son gritos recordatorios, pero también son pequeñas perlas de la vida que debemos recordar. 

Por eso, entre otros motivos, las ponen en tazas de desayuno, para que empecemos el día recordando algo tan simple y sencillo como el sentido común. No perdamos el momento para decidir que hay que tomarse muy en serio la felicidad y la sonrisa.

“Un día sin reír es un día perdido”

“No sabía qué ponerme…, y me puse feliz”